Política, Análisis

Nubes negras se posan sobre Francia

El fallido modelo social francés no ha sido capaz de cumplir con las expectativas de su pueblo.

Ekip  | 16.12.2019 - Actualızacıón : 17.12.2019
Nubes negras se posan sobre Francia Fuertes enfrentamientos se registraron en París en la manifestación del movimiento Chalecos Amarillos contra la Policía francesa. Archivo (Mustafa Yalçın - Agencia Anadolu)

Ankara

El escritor Akin Ozcer es un miembro retirado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía y autor de varios libros sobre las pluralidades en España y otras regiones de Europa.

La vida cotidiana está frenada en Francia por la continuidad de las “ilimitadas” protestas por las reformas pensionales en el país.

Millones de trabajadores, especialmente los del sector de transporte, se han tomado las calles de las grandes ciudades desde el 5 de diciembre para protestar en contra de los cambios propuestos para el sistema de retiro francés.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, decidió abolir el impuesto sobre el patrimonio para evitar perder las riquezas del país en 2017, pero eso no le funcionó muy bien a la república.

En las actuales protestas, el mandatario galo ha sido el blanco de un amplio rango de ciudadanos, los que pertenecen al movimiento de los Chalecos Amarillos (que lideraron masivas protestas que terminaron en fuertes disturbios el año pasado) y aquellos que protestan contra el aumento de la edad para jubilarse y los salarios que no logran cubrir los gastos por la inflación.

La gente en las calles habla de cómo las políticas de Macron solo están haciendo más ricos a los ricos y que nada se podrá solucionar en Francia a menos que Macron renuncie.

Aunque son conscientes de las consecuencias, el 59% de las personas en Francia apoyan las manifestaciones, según una encuesta del grupo BVA.

Estas cifras se elevan a un 72% en los trabajadores y a un 81% en agentes públicos. Por otro lado, el apoyo más grande a estos movimientos se ha dado de parte de La France Insoumise, el partido de extrema izquierda de Jean Luc Melenchon; y un partido de extrema derecha cuya presidenta, Marine Le Pen, Agrupación Nacional, cuyos niveles de apoyo llegan a 79% y 75% respectivamente.

El objetivo del primer ministro de Francia, Edouard Philippe, es calmar a las masas por medio del anuncio de la propuesta de un proyecto tangible. Sin embargo, ya no es posible que el fallido modelo social francés cumpla con las expectativas de su pueblo. Las grandes nubes negras que se están posando sobre su economía no le permiten a Francia actuar como un estado de bienestar apropiado.

Las protestas llegaron incluso hasta el departamento de Reunión, y allí la policía está en huelga de hambre debido a las deficientes condiciones de trabajo. Los departamentos de Francia de ultramar están enfrentando problemas similares, incluso en magnitudes más grandes, debido a la disminución de la cantidad de turistas.

El desempleo va en aumento. Más de 500.000 personas en los territorios de ultramar no tienen trabajo y los salarios son bajos. Es difícil para Francia, que tiene fuertes problemas sin resolver en las ciudades grandes, intentar solucionar los problemas en ultramar de la manera en que se espera.


Obstáculos políticos

Francia se enfrenta a problemas políticos no menos graves que los problemas económicos/sociales que surgieron en los últimos años. Se celebrará un referéndum de independencia en Nueva Caledonia por segunda vez en 2020.

Las personas que están a favor de la independencia son más cada día. Al igual que todas las colonias francesas, eventualmente, ellos también obtendrán su libertad, ya que la misión colonialista de Francia llegó a su fin en el mundo moderno.

Francia se tiene que adherir a políticas metropolitanas y cumplir con las exigencias de las minorías a quienes ha ignorado.

La adición de los artículos locales relacionados con el aprendizaje de idiomas de la ley de Deixonne (abolida en 1951) a los planes de educación franceses ya no es suficiente. A las minorías les deben dar el derecho a ser educadas en sus lenguas maternas, y también les deben garantizar cierto nivel de “autonomía”.

Teniendo en cuenta a los tres grupos de minoría que se nombrarán a continuación, es obvio que Francia no tiene más alternativa que solucionar estos problemas de una manera pragmática.


Problemas en Córcega

La minoría más afortunada en Francia son, sin lugar a duda, los corsos.

Ellos adquirieron un estatus de “colectividad territorial única” desde el 1 de enero de 2018 y los nacionalistas han estado a cargo desde que se llevaron a cabo las elecciones en diciembre de 2017, la mayoría absoluta en el parlamento autónomo pertenece al partido político nacionalista Pè a Corsica.

La principal demanda de los nacionalistas es la liberación de los prisioneros políticos, mientras que Francia, que insiste en que no se reconozca a la rama siria del PKK, el YPG, como un grupo terrorista, no quiere poner en libertad de los liberales corsos bajo la excusa del “terrorismo”.

Otra gran exigencia del grupo nacionalista es que se reconozca el lenguaje local, un dialecto italiano, como el segundo lenguaje oficial en la región y que la isla adquiera un estatus de “autonomía”.


El nacionalismo de Occitania

Existe una región en el sur de Francia que se llama Occitania, sin embargo, se refiere a un área grande, incluida la región de Piedmont en Italia, que tiene una historia que se remonta al medioevo. Este es el hogar de los Cátaros, el primer pueblo masacrado por la iglesia en la Primera Cruzada.

Si no se hubiera efectuado la matanza de un millón de cátaros que fueron quemados vivos en el siglo XIV, es probable que existiera ahora otro país en el sur de Francia llamado Occitania.

El Partido Nacionalista Occitan (PNO), fundado en Niza, Francia, en 1959, exige la autonomía de las regiones en donde se habla el idioma occitano, similar a lo que piden las regiones separatistas catalanas y vascas.

El PNO es, en realidad, el más grande de los tres partidos que han formado la República Democrática Federal Occitana que es de carácter temporal y no oficial. El objetivo eventual de los nacionalistas de esta región es la realización de un estado autónomo.


El nacionalismo bretón

Existe también un movimiento nacionalista que data del siglo XX en la región de Bretaña, en donde su gente habla en un lenguaje local céltico.

El nacionalismo bretón es representado por el partido radical de derecha Revival.


El tema del sistema semi-presidencial

Francia cuenta con un régimen autoritario, que no es tan liberal hacia movimientos regionalistas que buscan obtener niveles más elevados de autonomía para poder practicar libremente sus identidades étnicas y culturales, como lo hace su vecino, España.

De hecho, el sistema político de Francia irradia grandes cualidades autoritarias. Esto se da sobre todo porque el sistema semi presidencial no permite la separación completa de los poderes. Los poderes legislativos y ejecutivos están unidos directamente con el presidente.

El gobierno es liderado por un primer ministro quien es designado por el presidente y aunque el primer ministro tiene algunas responsabilidades parlamentarias, en últimas depende de la palabra final del presidente. El mandatario incluso tiene derecho a abolir al gobierno y al primer ministro, así como al Parlamento.

Francois Mitterrand, quien asumió el poder en 1981, disolvió el Parlamento francés y en nuevas elecciones obtuvo mayoría absoluta en línea con sus ideas políticas. Mitterrand se inventó la “cohabitación” cuando una mayoría estuvo en su contra fue elegida en 1986 y aumentó el poder del presidente.

Las elecciones generales de Francia se llevan a cabo unas semanas después de las elecciones presidenciales y de esta manera se garantiza la elección de un parlamento que esté en línea con los ideales del presidente.

El sistema de una segunda vuelta, cuya esencia democrática es altamente controversial, facilita que se obtenga este resultado en las elecciones generales. De hecho, Macron obtuvo 2,8% más votos comparado con su rival, Le Pen, mientras que en las elecciones generales, su partido obtuvo 304 escaños mientras que el de su rival solo consiguió ocho.

En vista de estos datos, es difícil no estar de acuerdo con la descripción de Jean-Charles Aknin del sistema francés, similar a una dictadura francesa, en su artículo “la democracia francesa y el control drástico de sus contra-poderes”, publicado en la revista de opinión francesa Mediapart. Se presenta a sí mismo como un problema incluso más grande en el caso en el que un candidato sea elegido porque no es “el que no se desea” aunque tampoco es “el que se desea”, como fue el caso de Macron.

Francia necesita dejar de lado su orgullo anticuado de ser una “gran nación” y concentrarse más en los problemas más tangibles de su pueblo para solucionar, cosa que no será tan fácil de hacer como de decir, ya que requiere que se realicen muchas reformas y revisiones.


*Traducido por Daniela Mendoza.

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