Las razones por las que la Unión Europea debería retirar su apoyo al proyecto de gasoducto EastMed
La Comisión Europea no se inclina hacia este proyecto debido al costo, las reservas limitadas y porque apoyar esta iniciativa va en contra del programa de cambio climático de la UE.

ESTAMBUL
Por: Irfan Kaya Ulger*
El descubrimiento de gas natural y de petróleo en el Mediterráneo oriental en la década del 2000 fue un foco de atención en todo el mundo. Las reservas descubiertas hasta ahora en la región se encuentran generalmente en las partes oriental y meridional de la isla de Chipre. Con el uso de nuevas investigaciones y nuevas tecnologías, parece probable que se exploren nuevas regiones o que crezcan los yacimientos existentes.
Pero los hallazgos de hidrocarburos en el Mediterráneo oriental no solo generan alegría, sino también nuevas discusiones y tensiones entre los países costeros. Llama la atención que difieren los reclamos hechos por los Estados con respecto a las áreas de jurisdicción marítima.
Teóricamente, existen dos formas de resolver disputas entre los Estados de la región con respecto a las aguas territoriales, la plataforma continental y la zona económica exclusiva (ZEE). La primera es llevar a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la disputa y la segunda es llegar a un acuerdo mediante negociaciones bilaterales. En el primer caso, la decisión que se tome será vinculante para todas las partes. En la otra opción, es importante que los Estados lleguen a un acuerdo y compromiso.
Los desacuerdos más antiguos del Mediterráneo oriental son el conflicto arabe-israelí, la cuestión de Chipre y los problemas entre Grecia y Turquía.
El Mediterráneo oriental se ha convertido en un escenario para que los actores globales y regionales demuestren su poder militar. Mientras la famosa sexta flota de EEUU, desplegada en el Mediterráneo desde hace mucho, ha conservado su existencia, países como Rusia, Francia, Inglaterra y China también han acumulado elementos marinos en la región.
El oleoducto EastMed no es racional ni rentable
Según el Instituto Americano de Investigación Geológica, las reservas de gas natural y petróleo descubiertas en el Mediterráneo oriental son de 3,45 billones de metros cúbicos y 1,7 mil millones de barriles, respectivamente. Las reservas descubiertas hasta ahora en la región, Kalipso y Afrodita, están dentro de la jurisdicción marítima del Sur de Chipre; Leviatán y Tamar, en Israel; y Zohr y Noor, en Egipto.
No cabe duda de que las reservas de gas natural y petróleo descubiertas hasta ahora en el Mediterráneo oriental son de vital importancia para los países de la región. Se trata de hallazgos que superan con creces las demandas internas de los Estados. Sin embargo, la construcción de nuevos ductos para extraer las reservas descubiertas y transferirlas a los mercados internacionales no parece racional y rentable en las condiciones actuales, ya que las reservas descubiertas no son lo suficientemente grandes como para requerir la construcción de un nuevo oleoducto.
El total de la reserva de gas natural descubierta en el Mediterráneo oriental ronda los 3,45 billones de metros cúbicos. Aunque esta cifra puede parecer muy grande al principio, es extremadamente limitada en comparación con otros países exportadores. Según los últimos datos, las reservas de gas natural de Rusia son de 38,9 billones de metros cúbicos, mientras que las reservas de Irán y Catar son de 31,9 billones y 24,7 billones de metros cúbicos, respectivamente.
Países que se reunieron en El Cairo en enero de 2019 establecieron una organización para el sector del gas natural similar a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP): el Foro del Gas del Mediterráneo Oriental.
Israel, Chipre del Sur, Palestina, Jordania, Italia y Grecia fueron los países fundadores de la organización, de la cual se excluyó Turquía y a Líbano.
El proyecto de la Tubería de Gas Natural del Mediterráneo Oriental (EastMed) se lanzó gracias a la presión de la Administración grecochipriota y de Grecia, y transferirá gas a Europa a través de Israel, Chipre, Creta, Grecia e Italia. Según los cálculos, la longitud total de la tubería de gas natural sería de 1.900 kilómetros y su costo sería de USD 6 mil millones.
Grecia y Chipre del Sur iniciaron una iniciativa para que la UE cubra el costo total de su construcción. La insistencia de Atenas en este tema ha inquietado a los países del norte de Europa, especialmente a Alemania, debido a que la deuda del país mediterráneo con las naciones europeas ricas es más del doble de su PIB.
EastMed va en contra de los enfoques ecológicos de la UE
Incluso si la Unión Europea acepta pagar el alto costo como resultado de la presión y el chantaje de esos países, los problemas no terminarán, ya que el proyecto va en contra de la transición a la energía verde, la lucha contra el cambio climático y el plan de acción de la UE.
En otras palabras, insistir en el proyecto EastMed va en contra de la política de la UE de reducir gradualmente la dependencia de los combustibles fósiles. En caso de que el proyecto continúe, las empresas comerciales que operan en el sector energético también se verán afectadas negativamente debido a que conduciría a Turquía a mostrar una posición de línea dura en el Mediterráneo oriental y el Egeo.
Compañías petroleras occidentales como ExxonMobil, Eni y Total pospusieron sus actividades relacionadas con la ruta del gasoducto luego de que Turquía decidiera entrar al área.
Se espera que la decisión final sobre el proyecto del gasoducto EastMed se tome en 2022. La Comisión Europea no se inclina hacia este proyecto debido al costo, las reservas limitadas y sus políticas que priorizan la energía verde, ya que apoyar esta iniciativa va en contra del programa de cambio climático de la UE.
Adicionalmente, el precio del gas natural que llegaría a Europa a través de esta línea sería superior al de todas las demás rutas. No es racional apoyar este proyecto en las condiciones actuales, en las que se promueven fuentes de energía alternativas, las actividades económicas están limitadas debido al coronavirus y la demanda de energía está cayendo. Si se apoya a pesar de todo esto, significaría que es una decisión política irracional.
Como resultado, sería lógico que la UE retirara su apoyo al proyecto EastMed debido a razones geopolíticas, políticas, ecológicas y económicas. Si se puede hacer esto, la UE también demostraría que es consciente del medio ambiente y coherente, y se confirmará su sinceridad y determinación en la promoción de energías verdes y fuentes de energía renovables, y en la lucha contra el cambio climático.
*Irfan Kaya Ulger es el presidente del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Kocaeli, con sede en Turquía.
*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.