Las consecuencias económicas de la crisis política venezolana
Las consecuencias sociales y económicas de esta crisis no parece que vayan a solucionarse.

Estambul
El hecho de que la crisis política en Venezuela empeore cada día es ya una realidad rutinaria. Sin embargo, las consecuencias económicas que ha causado en el ámbito social no parece que vayan a solucionarse en el corto plazo.
Precios que cambian a diario; un tipo de cambio del Bolívar al Dólar en el mercado libre que supera al oficial 80 veces; sueldos que pierden valor y, por encima de todo, problemas de liquidez dificultan la vida de los venezolanos.
¿Cómo ha llegado a esta situación un país que en la década de los 70 era una de las mayores economías en Latinoamérica y albergaba a cinco millones de inmigrantes de diversos país, la mayoría colombianos?
El periodo más pobre de la historia política de Venezuela
En primer lugar debemos señalar que, como los occidentales indican con facilidad, el problema no es solo el gobierno de “izquierdas” que rige el país. Por el contrario nos encontramos frente a una crisis cuya causa es una pésima administración, resultado ésta, a su vez y en gran parte, del factor humano.
Cuando Hugo Chavez llegó al poder en 1999 poseía tres virtudes: carisma, visión y una fuente económica que le permitía moldear la política. Tras el fallido golpe de estado en 2002 Chavez fortaleció su carisma y visión para posteriormente convertirse en el líder más poderoso del continente a raíz de la excesiva subida del precio del petróleo a partir de 2005.
Cuando Chavez murió en 2013 ninguna de estas tres virtudes habían quedado. El precio del petróleo había bajo hasta los 30-40 dólares y con la subida al poder de Nicolás Maduro, que carecía de carisma fuera de su altura, Venezuela perdió su visión. Es decir, Venezuela entró en un callejón sin salida político cuando perdió los tres principales factores que la hacían fuerte.
La oposición venezolana, que había basado toda su política económica en los ingresos obtenidos de la venta de petróleo, también entró en el mismo callejón sin salida. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), formada por decenas de líderes con enormes egos y carentes de ningún punto de vista en común salvo la oposición a Chavez, se disolvió en poco tiempo a pesar de haber logrado cierto éxito en las elecciones parlamentarias de 2015. Hoy por hoy el gobierno y la oposición venezolana viven el periodo más “pobre” de su historia política.
Atrapados en medio de esta crisis política el pueblo venezolano ha sido el más afectado por la mala situación de la economía del país. La última vez que Venezuela creció económicamente fue en 2013, y lo hizo un dos por ciento. A partir de esa fecha los números de crecimiento de la economía venezolana han estado en rojo. En el primer trimestre del presente año su economía encogió un 15 por ciento.
En los últimos cuatro años varias líneas aéreas, entre ellas Lufthansa, Air France y Avianca, dejaron de volar al país. Los propietarios de vehículos tienen dificultades en encontrar repuestos. En estos momentos el sueldo mínimo es de tres dólares. El año pasado la inflación fue del 2.400 por ciento. Para pagar una comida hay que llevar una bolsa llena de bolívares.
La administración de Maduro ha sido incapaz de revertir la situación aun introduciendo el año pasado el billete de 100.000 bolívares. Hoy todos en Caracas pagan con tarjetas de crédito por falta de liquidez. Aunque no hubiese falta de liquidez la gente teme a llevar una bolsa repleta de bolívares por la tremenda inseguridad que día a día crece en Venezuela.
La mayoría de las empresas activas en el país piden ser pagadas en dólares y que estos sean trasferidos a sus cuentas en el exterior. Para evitar la pérdida de valor de los bolívares que ganan, las empresas se esfuerzan por cambiarlos lo antes posible a dólares. El tipo de cambio oficial de un dólar es de 3.400 bolívares. En lo que al mercado libre se refiere, durante mis viajes he podido observar tres tipos de cambio diferentes: en Cucuta, en la frontera con Colombia, es de 106.000 bolívares. En Arauca, también zona fronteriza, de 80.000 y en Caracas de 260.000 aproximadamente.
Muchos comerciantes compran dólares en Cucuta y Arauca para luego revenderlos en Caracas más caro. Esta es una de las principales razones por las que, especialmente en la capital, hay falta de liquidez. A su vez estas acciones hacen que se formen grupos que especulan.
Tampoco es fácil encontrar productos de necesidad básica en los supermercados. Ahora ser dueño de un vehículo es un lujo hasta para la clase media. Mucha gente intenta salir del país vendiendo sus propiedades. Se estima que en los últimos tres años cerca de cuatro millones de venezolanas han abandonado el país. Unos 800.000 de estas personas se encuentras en Colombia y los demás repartidos en Estados Unidos (EEUU), España, Argentina, Brasil y otros países de Latinoamérica.
Salidas ante Maduro
La crisis política en Venezuela, que cada vez se ahonda más sin mostrar signos de solucionarse a corto plazo, está causando una oleada de migrantes en Latinoamérica. Estos inmigrantes suponen un peso económico para los países que los acogen. Además esto ocurre cuando Latinoamérica no pasa precisamente por su mejor momento económico.
La economía que más creció en el continente fue la de Perú y lo hizo un tres por ciento. La dimisión de su expresidente Pedro Pablo Kuczynski en marzo, acusado de corrupción, deja un interrogativo sobre el futuro de la economía del país.
Todos dan por seguro que Maduro ganará las elecciones presidenciales previstas para el 20 de abril. Maduro, que hasta ahora ha ignorado los problemas sociales rechazando cualquier ayuda humanitaria, no tiene más alternativas que estas tres soluciones: cambiar la divisa del país al dólar, como hizo Ecuador en 2000, aceptar las ayudas humanitarias o aumentar su dependencia de China y Rusia.
Venezuela se da cuenta de que el bolívar ha perdido su importancia y que su mayor ingreso proviene del petróleo que vende en dólares. No obstante la mayor parte de los ingresos del petróleo van para pagar sus deudas en el exterior.
Maduro intenta introducir en el mercado una criptodivisa cuyo valor equivalga al de un barril de petróleo, el Petro. Desde 2017, año en el que se empezó a hablar del proyecto, hasta ahora no se ha dado ningún paso concreto.
El objetivo de Venezuela es vender el petróleo que extraerá en el futuro en petros desde ahora para conseguir que dinero extranjero entre en el país. Si se tienen en cuenta las sanciones impuestas por occidente, se puede deducir que el Petro será comprado, mayoritariamente, por China y Rusia. Desde esta perspectiva la crisis económica que Venezuela está viviendo se parece al problema que Zimbabue tuvo en 2000.
Zimbabue consiguió superar sus problemas económicos vendiendo sus recursos subterráneos a China, convirtiéndose en su satélite en África. Si Venezuela opta por aumentar su dependencia de China o Rusia, la competencia entre China-Rusia y EEUU en Latinoamérica, vista por esta como su patio trasero, se hará más violenta.
Para resumir, la crisis que empezó como política sigue empeorando en el área económica también. Este empeoramiento en la economía venezolana a sus vez, está causando un drama humanitario en Latinoamérica. El país que un tiempo fue el más fuerte del continente y que poseía el 24.8 % de las reservas mundiales del petróleo, ahora es incapaz de valerse por sí mismo. En caso de que colapse el tiempo mostrará si Venezuela se convierte en una nueva Libia o Siria.
Mehmet Ozkan es profesor en la Academia de Policía y coordinador de la Agencia de Cooperación y Coordinación Turca (TIKA) en Colombia.
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