La lucha de Francia contra la pandemia COVID-19, digna de un país en vías de desarrollo
Según la encuesta del Centro de Investigación Política e Ipsos Sopra Steria, el 68% de las personas no está satisfecha con la lucha del gobierno contra la pandemia.

Estambul
Es necesario admitir que en la lucha de Francia contra la pandemia de coronavirus (COVID-19), los hospitales no tuvieron mucho éxito ya que el gobierno liderado por el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro Edouard Philippe tomó precauciones demasiado tarde, no pudo llegar a los geriátricos y su sistema de salud en general colapsó.
Al mirar los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se observa que la relación pruebas/casos y la mortalidad (relación muertes/casos) son muy altas. En esto, el alto número de pacientes de edad avanzada de geriátricos juega un papel importante. Hasta el momento en el país las personas que han muerto por causa de la epidemia superan las 25 mil, más de 9 mil de ellas ancianos que no recibieron tratamiento y se encontraban en hogares para adultos mayores.
Esto es exclusivo de los países en desarrollo con recursos limitados, considerando que la tasa de mortalidad de COVID-19 es superior al 15% en pacientes mayores de 80 años. En otras palabras, 85 de cada 100 pacientes pueden sobrevivir en Francia.
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El hecho de que se experimenten problemas similares en países como España, Italia y Bélgica, incluso Alemania, a pesar de haber tenido relativo éxito en la lucha contra la pandemia dentro de la Unión Europea (UE), también asigna una responsabilidad adicional a Francia. Mientras que la tasa de mortalidad global promedio del virus es de 3,5%- 4%, en Francia supera el 14,7%, en Italia y España el 12% y en Bélgica el 15%, lo que plantea para la UE un problema que debería resolverse.
Los errores de Francia
El presidente francés, Emmanuel Macron, puede culpar a China por la pandemia junto con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pero también está claro que actuó demasiado tarde contra el brote de la COVID-19.
A pesar de que el primer caso se detectó a finales de enero en el país, la administración francesa declaró la cuarentena seis semanas después y no logró proporcionar el equipo de protección adecuado a los trabajadores de la salud. De hecho, de acuerdo al especialista en cuidados intensivos, el doctor Yves Cohen, el primer caso fue detectado el 27 de diciembre en Seine-Saint-Denis. Esto muestra que el gobierno de Macron y Philippe permaneció en pausa durante semanas. Además, en el país, no se atendieron las advertencias hechas en la lucha contra la pandemia en medio de la primera vuelta de las elecciones municipales que se realizó el 15 de marzo. Los resultados no fueron a favor del partido de Macron.
En el discurso que pronunció luego de las elecciones, Macron anunció su paquete económico en el marco de las medidas adoptadas contra la pandemia y pospuso sus reformas, especialmente la de pensiones. Por supuesto, no se sabe si habrá tiempo para llevar a cabo estas reformas antes de las elecciones de 2022, pero subrayó que no las dejará. Si bien es obvio que la economía mundial se contraerá y nadie estará contento con los paquetes económicos, el fracaso del manejo de la pandemia agregará un sinsabor a los problemas.
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Solo después de las ocho semanas de cuarentena, el 11 de mayo, Francia implementará la medida de máscara médica obligatoria en mercados y transporte masivo que por ejemplo Turquía aplicó desde hace semanas. Esto se debe al hecho de que hasta ahora, después de meses, pudo abastecerse con máscaras médicas suficientes para los ciudadanos galos.
Fuertes críticas de la oposición
Marine Le Pen, la lideresa de derecha del Partido de Agrupación Nacional (RN), acusó a Macron de cometer “errores muy graves” en la lucha contra el virus en su tradicional discurso del Primero de Mayo. Según Le Pen, uno de los errores, quizás el más importante, fue el problema de las máscaras médicas. Le Pen abogó por el uso obligatorio de la máscara en sitios públicos. Dijo además que "el virus fue la gota que rebasó el vaso de la destrucción euro-globalista" y que esa gota "llevará al fin del ultraliberalismo y el globalismo".
La lideresa de RN subrayó que la crisis de salud no solo ha revelado las deficiencias estructurales de Francia sino también las coyunturales. Concluyó con un mensaje de revancha contra Macron en el 2022.
Además de las críticas esperadas de la propia lideresa opositora, según la encuesta del Centro de Investigación Política (Cevipof) e Ipsos Sopra Steria, mencionado recientemente en Le Monde, el 68% de la gente no está satisfecha con la lucha del gobierno contra la pandemia. Teniendo en cuenta que fue del 46% el pasado 20 de marzo, se observa que la insatisfacción aumentó aún más acercándose al 11 de mayo, cuando comenzará la normalización gradual.
La misma encuesta reveló que solo el 24% de los franceses está satisfecho con Macron. Al mirar los datos actuales de la OMS, no es posible no dar la razón al pueblo francés, pero es extraño el titular que eligió Le Monde para informar los datos: "Manejo del coronavirus: la ejecución francesa es criticada con más dureza que la de sus homólogos europeos".
En los últimos días, hemos escuchado que "después de COVID-19, el mundo ya no será como antes". Al analizar la política interna francesa, solo podremos ver en dos años si la señora Le Pen, que transformó el partido de extrema derecha de su padre en uno de línea de nacionalista antiglobalista, superará a Macron o a un candidato sustituto.
[Akur Ozcer es un canciller turco retirado, autor de los libros España plural: el sistema constitucional y el modelo antiterrorista (2006) y Euskal Herria: nacionalismo vasco en la historia política española (1999)]
*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.