La crisis originada por el desvío de un avión a Bielorrusia, otro capítulo de la tensión Rusia-Occidente
No será fácil para la UE ganarse a Bielorrusia. Si bien las relaciones existentes están en su nivel más bajo, nuevas sanciones por el incidente del avión solo la acercarían más a Rusia.

ESTAMBUL
*Por: Ilyas Kemaloglu
Bielorrusia, también conocida como la "pequeña Unión Soviética", ha estado por periodos en la agenda internacional desde las controvertidas elecciones presidenciales de agosto de 2020.
Tras el anuncio de que Alexander Lukashenko, en el poder desde 1994, ganó las elecciones, la oposición convocó protestas por un presunto fraude electoral.
Esta acusación, junto con los enfrentamientos que se vivieron durante las manifestaciones, afectó negativamente las relaciones entre Bielorrusia y la Unión Europea (UE) y abrió una nueva página en el conflicto Rusia-Occidente.
Con su apoyó a Lukashenko, el Kremlin demostró una vez más que continúa siendo muy influyente en las exrepúblicas soviéticas, excepto los países bálticos, y que no permitirá ninguna intervención exterior en ellas.
El que Estados Unidos estuviera ocupado con sus propias elecciones en ese momento hizo que la UE tuviera que enfrentar sola la situación.
Si bien las manifestaciones continuaron por algún tiempo, la ida al exterior de los líderes de la oposición y las medidas tomadas contra la COVID-19 causaron que estas disminuyeran paulatinamente.
De esta manera, la “cuestión de Bielorrusia” salió de la agenda de la opinión pública internacional.
Por otro lado, algunos acontecimientos recientes acercaron aún más Minsk a Moscú, por lo que durante el 2021, el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo bielorruso han mantenido numerosas reuniones.
La crisis acercará a las dos naciones
Cuando la cuestión bielorrusa estaba a punto de pasar al olvido, el 23 de mayo, las autoridades bielorrusas forzaron a un avión de Ryanair Airlines que se desplazaba de Atenas a Vilnius a aterrizar en Minsk debido a un aviso de bomba, lo que concentró nuevamente toda la atención internacional en la exrepública soviética en Europa.
Esto se debe a que no se encontró ninguna bomba en el avión que aterrizó en Minsk, pero en cambio, un periodista opositor bielorruso que se encontraba entre los pasajeros, Roman Protasevich, fue detenido. Esto fue calificado como "inaceptable" y "piratería aérea" por la UE.
En este contexto, algunos miembros del bloque cancelaron los vuelos hacia Bielorrusia y dejaron de utilizar su espacio aéreo.
Además, las partes iniciaron un proceso de expulsión mutua de diplomáticos, tal como ocurrió en la crisis entre Rusia y República Checa. Una imposición de sanciones más severas contra Minsk también está en la agenda de la UE.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Maria Zajárova, describió la posición de la UE como de "doble rasero", ya que incidentes similares al del vuelo de Ryanair han ocurrido en países de la UE y Ucrania, sin ser condenados. Dio además un mensaje de apoyo al presidente bielorruso.
Pese a que Lukashenko trató de justificarse al decir que el aviso de bomba no solo fue enviado a Minsk, sino también a Vilnius y Atenas, y que ninguna de las autoridades quería dar el permiso de aterrizaje, lo que en realidad provocó el rechazo de Occidente fue el arresto del periodista opositor.
De hecho, el líder bielorruso afirmó que el arresto de Protasevich molestó a Occidente porque el opositor planeaba iniciar nuevas protestas en Bielorrusia, trabaja para la inteligencia extranjera en Donbas y sabía quién financió las manifestaciones en el país.
Si bien hay muchas preguntas sobre el incidente y las posiciones de las partes, el experimentado político Lukashenko sin duda era consciente de que la detención del opositor de esta manera conduciría a una crisis.
Es posible decir lo mismo sobre los demás involucrados. Entonces, ¿cuál es el objetivo de las partes con esta nueva crisis?
La actitud de los países de la UE y los Estados vecinos durante las elecciones en Bielorrusia dañó el prestigio tanto de Lukashenko como de su país.
Las relaciones con la UE se han reducido al mínimo y Minsk ha sido condenada a depender de Rusia.
Debido a esto, la UE no tiene muchos más medios de presión contra este país.
Por otro lado, al intimidar a la oposición con el arresto de Protasevich, Lukashenko mostró a la UE que no les permitirá que interfieran en los asuntos de su país y que su inteligencia trabaja perfectamente en el extranjero.
Esta actitud "valiente" de Lukashenko hace pensar que debe tener el apoyo de Rusia ahora más que nunca gracias a los acuerdos alcanzados recientemente y los que firmará en los próximos días.
En este contexto, no sorprenderá que la cooperación militar ruso-bielorrusa aumente en el futuro cercano.
Occidente es incapaz de desarrollar políticas efectivas para la región
Al mirar el tema desde la perspectiva de la UE, es claro que el bloque no podía permanecer indiferente al arresto de Protasevich.
El bloque ha tratado de cambiar el liderazgo de Bielorrusia para alejarla de Rusia a través de diferentes estrategias, incluido mantener vivo el tema del país con la ayuda de EEUU y la OTAN.
Si la UE logra su propósito, Ucrania y Bielorrusia actuarían como una zona colchón real y completa entre Rusia y Europa.
Ucrania por sí sola no es suficiente para asegurar la seguridad europea.
Además, los posibles cambios en Bielorrusia complicarían el trabajo de Rusia en Ucrania y Moldavia.
Además, los cambios en el Gobierno de Bielorrusia son de gran importancia para la UE desde el punto de vista del futuro del Óblast de Kaliningrado, el "caballo de Troya" de Rusia en Europa.
Las tierras bielorrusas están más cerca a Kaliningrado que a Rusia continental.
Los países que más quieren separar a Bielorrusia de Rusia son los bálticos Polonia y Ucrania, que aunque son miembros de la UE y la OTAN, continúan viendo a Moscú como una amenaza.
Polonia, enemigo histórico de Rusia, tuvo alguna vez bajo su control una parte de Ucrania y de Bielorrusia, y hoy quiere aumentar su influencia política y cultural en estos países.
La frase "la cercanía de Rusia y Bielorrusia plantea una amenaza para nosotros" del canciller ucraniano Dmytro Kuleba es válida para todos los países mencionados.
Rusia es consciente de todo esto y responde con dureza a cualquier intervención o cambio pequeño en las exrepúblicas soviéticas.
Pese a que el Kremlin sabe que la Unión Soviética no puede revivir, no quiere distanciarse de sus vecinos.
Estos países son importantes para Moscú en términos de seguridad, así como lo son para la UE y la OTAN.
Por esta razón, Rusia ha estado proporcionando ayuda financiera a Bielorrusia durante años.
También es importante evaluar el apoyo de Moscú a repúblicas como Abjasia, Osetia del Sur, Kirguistán y Tayikistán en este sentido.
La presión de la UE sobre Bielorrusia y la apertura de un nuevo conflicto puede ser beneficioso para Rusia.
Esta crisis podría ser una oportunidad para Rusia para desplegar más tropas y más tecnología militar en la frontera europea.
No será fácil para la UE ganarse a Bielorrusia. Si bien las relaciones existentes están en su nivel más bajo, nuevas sanciones por el incidente del avión solo acercarían más a Bielorrusia con Rusia.
Aunque han pasado 30 años desde la disolución de la Unión Soviética, ni la UE ni EEUU han sabido cómo acercarse a las exrepúblicas soviéticas.
Por esta razón, Occidente no ha podido alcanzar el nivel deseado en sus relaciones con ninguna de las exrepúblicas soviéticas, excepto por los países bálticos, con los que tiene vínculos históricos, y solo ha provocado inestabilidad y división en los países en los que ha logrado intervenir en cierta medida.
*Ilyas Kemaloglu es profesor de Historia de la Universidad de Mármara, con sede en Turquía.
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.
**Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.
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