Política, Análisis

Exministro palestino: acuerdo entre Emiratos Árabes Unidos e Israel no sorprende, pero es vergonzoso

Para el Dr. Basem, Naim Emiratos Árabes Unidos, especialmente en los últimos años, ha descompuesto todos los valores nacionales, religiosos e históricos de la región, para encontrar un lugar en el mapa internacional.

Dr. Basem Naim  | 15.08.2020 - Actualızacıón : 18.08.2020
Exministro palestino: acuerdo entre Emiratos Árabes Unidos e Israel no sorprende, pero es vergonzoso El príncipe heredero de Abu Dabi, Mohammed bin Zayed Al Nahyan (izquierda) y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu (derecha) (Minasse Wondimu Hailu y Yiannis Liakos - Agencia Anadolu)

Ankara

Por: Dr. Basem Naim

El anuncio de un acuerdo para normalizar las relaciones entre los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y el Estado de ocupación (Israel) no fue sorprendente, pero fue grosero e inoportuno en términos de forma y oportunidad.

Todos los que siguen las noticias en los últimos años se dan cuenta que no es ningún secreto que en el Golfo, especialmente los emiratíes, los Estados son persistentes y tercos para romper todos los tabúes, en los que los árabes creyeron durante décadas en su relación con la causa palestina.

El más importante es el que ratifica la imposibilidad de normalizar las relaciones con el Estado de ocupación (Israel) antes de que se logre una solución justa al problema palestino. Ésta ha sido la esencia de la iniciativa árabe adoptada por la Liga Árabe en 2002.

Aunque el Estado de ocupación rechazó la iniciativa en ese momento, y Ariel Sharon, el ex primer ministro del Estado de ocupación, aseguró que el acuerdo no "valía el papel en el que estaba escrito", los árabes se aferraron a él y repetidamente le dijeron al enemigo que "22 países árabes estaban listos para la normalización total con ellos, una vez que se lograra una solución justa y completa para la causa palestina".

Emiratos Árabes Unidos, especialmente en los últimos años, ha descompuesto todos los valores nacionales, religiosos e históricos de la región, para encontrar un lugar en el mapa internacional, incluso a expensas de los pueblos de la región y su futuro.

El Estado emiratí se alió con todas las fuerzas reaccionarias y dictatoriales de la región para reprimir las aspiraciones de libertad y dignidad de los pueblos. Estuvieron fuertemente presentes en todas contrarrevoluciones, aunque el precio fuera la masacre de pueblos y el robo de sus capacidades, como está sucediendo en Yemen, por ejemplo.

Los gobernantes de los Emiratos Árabes Unidos se han esforzado por comercializar e integrar al Estado de ocupación en la región, incluso a expensas de la seguridad de su propio territorio y los derechos inalienables del pueblo palestino; con pretextos endebles, como enfrentarse al "enemigo central" de los árabes, Irán, aunque en secreto Emiratos Árabes Unidos mantiene relaciones sólidas y arraigadas con Teherán, especialmente a nivel económico.

A pesar del embargo internacional impuesto a Irán, Emiratos Árabes Unidos no ha hecho ningún esfuerzo real para recuperar sus tres islas ocupadas por la nación persa.

Pero quizás el evento más crudo en este contexto, fue la participación pública de Washington en el anuncio del plan de paz y prosperidad de Donald Trump en la región, o el llamado "Acuerdo del Siglo".

A nivel islámico e internacional el acuerdo significa la liquidación de la cuestión palestina y el fin de cualquier oportunidad real para el establecimiento de un Estado palestino independiente, con Jerusalén como su capital.

Lo extraño de este acuerdo es que los gobernantes de EAU usaron el supuesto fin de proteger y cuidar a los palestinos para normalizar sus relaciones con el Estado de ocupación.

Afirmaron que el acuerdo se hizo a cambio de que el Estado ocupante pospusiera la anexión de tierras en Cisjordania por un período indefinido.

Esto es exactamente lo que Benjamin Netanyahu, el primer ministro del Estado de ocupación, negó en su rueda de prensa el jueves donde afirmó que "la anexión no fue descartada, sino suspendida temporalmente".

Además, todo el mundo sabe que el Gobierno de ocupación decidió posponer la implementación del plan de anexión a principios de julio pasado, por varias razones. Las más importantes es la posición palestina unificada, además de la posición internacional, especialmente la europea, en rechazo al plan. Por no hablar de la conflictiva posición estadounidense internamente y el desacuerdo interno israelí sobre la forma y el tamaño de la anexión.

Entonces, ¿cómo reclamaron los emiratíes su preocupación por los intereses palestinos, mientras no consultaban a los propios interesados, los palestinos, ya sea en términos del acuerdo o en el momento de su anuncio? El liderazgo palestino oficial y faccional se sorprendió por el anuncio del acuerdo y expresaron su absoluto rechazo.

La declaración de la presidencia palestina lo describió como "una traición a Jerusalén, Al-Aqsa y la causa palestina".

Fuimos testigos de muchos eventos en los últimos años que tenían como objetivo revelar las políticas secretas de los gobernantes de EAU en su relación estratégica con el Estado de ocupación. Estos eventos variaron y cubrieron todos los ámbitos de la vida religiosa, política, económica, deportiva y artística, entre otros.

La normalización con el enemigo no es meramente un esfuerzo político, es más bien un repudio de todas las obligaciones nacionales y humanitarias hacia el tema más justo de la historia moderna: la causa palestina. La normalización con el enemigo significa abrir la puerta de par en par para alentar a que las capacidades de nuestros países y pueblos sirvan en función del proyecto colonial israelí de asentamientos, "el Gran Israel".

En general, la experiencia de los árabes y de los palestinos en particular, con este enemigo y el alcance de su compromiso con los acuerdos, su verdadero deseo de paz y convivencia desde hace décadas, nos dice lo que está por venir y lo que nos ocurrirá en términos de desastres nacionales, para que el enemigo permanezca en el trono de la región.

Los gobernantes de EAU no se dan cuenta de que están en el lado equivocado de la historia y estos miserables intentos de prolongar la vida del Estado de ocupación fracasarán. En ese momento, su gente y su historia no tendrán piedad de ellos.

El jueves, tan pronto como se anunció el "acuerdo de la vergüenza", miles de ciudadanos del Golfo, fuerzas políticas y representantes de la sociedad civil del Golfo, así como millones de árabes y musulmanes, expresaron un rechazo categórico al acuerdo, ya que no representa a los emiratíes.

Palestina no es solo un lugar geográfico. Es parte integral de la voluntad de la nación hacia la libertad, la dignidad y la independencia. Palestina, con sus santidades islámicas y cristianas. Palestina es parte de la creencia de la nación y, en consecuencia, lo que sea que intenten quienes normalizan las relaciones con el enemigo nunca podrán desviar la brújula de la región de su enemigo central: el sionista.

El "Estado de ocupación" tarde o temprano desaparecerá.

* El escritor es un exministro palestino y jefe del Consejo de Relaciones Internacionales.

** Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.

***Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.







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