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El Gobierno venezolano busca recuperar el control del único órgano del poder que le es ajeno: la Asamblea Nacional

La administración de Nicolás Maduro, junto a las autoridades electorales del país, convocaron a unas discutidas elecciones legislativas en las que no participarán los principales partidos de oposición.

Santiago Serna Duque  | 05.12.2020 - Actualızacıón : 06.12.2020
El Gobierno venezolano busca recuperar el control del único órgano del poder que le es ajeno: la Asamblea Nacional Miembros de la oposición en la Asamblea Nacional Constituyente en Caracas, Venezuela, el 29 de enero de 2019. (Lokman İlhan - Archivo Agencia Anadolu)

BOGOTÁ

Por: Santiago Serna Duque

Este domingo 6 de diciembre se llevarán a cabo las elecciones parlamentarias de Venezuela, mediante las cuales se renovarán los 277 escaños de la Asamblea Nacional. Los diputados elegidos permanecerán cinco años en el ejercicio de sus funciones por el período comprendido entre el 5 de enero de 2021 y el 5 de enero de 2026.

Así las cosas, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Indira Alfonzo, dijo que "todo está dispuesto” para que los comicios se realicen sin contratiempos en medio de la crisis generada por la pandemia del coronavirus (COVID-19).

Desde la semana pasada, el CNE auditó las máquinas de votación que serán usadas durante la jornada. Alfonzo afirmó que más de 30 mil mesas de votación estarán habilitadas a lo largo del país, repartidas en 14.200 colegios electorales.

La entidad anunció que entre los grupos políticos que pueden hacer parte de los comicios hay 29 nacionales, seis indígenas y 53 regionales. Un total de 20,7 millones de personas podrán votar.

El llamado a las urnas está envuelto en una serie de polémicas. La Asamblea Nacional, sede del Legislativo que en la práctica quedó sin poder fáctico tras ser declarada en desacato por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), está controlada desde el 2015 por la oposición.

Los partidos contrarios al oficialismo que conforman la Mesa de Unidad Democrática acordaron no participar en las elecciones de este domingo, tras alegar que podrían ser fraudulentas. Cerca de 30 movimientos políticos, entre los que se encuentran Acción Democrática, Voluntad Popular y Primero Justicia, firmaron dicho pacto.

Por su parte, el autoproclamado presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, manifestó que la comunidad internacional no avalará los resultados de las votaciones.

"No va a haber reconocimiento a ese proceso, por lo tanto, va a haber reconocimiento a la lucha venezolana y al Parlamento nacional", aseveró Guaidó, quien describe esta jornada electoral como una “farsa” que no ofrece garantías y es aupada por la administración de Maduro.

En este contexto, la oposición y varios organismos internacionales rechazaron la designación de los nuevos directivos del CNE por parte del Tribunal Supremo de Justicia (afín al Gobierno chavista), algo que constitucionalmente le corresponde a la Asamblea Nacional.

"Los miembros del Grupo de Lima rechazan y desconocen la ilegal designación de los miembros del Consejo Nacional Electoral de Venezuela mediante una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que vulnera abiertamente la Constitución venezolana y socava las garantías mínimas necesarias para cualquier proceso electoral y el retorno de la democracia en Venezuela", señaló un comunicado del bloque regional.

En la misma línea, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, aseguró que las legislativas en Venezuela no cumplen con las condiciones para que sean consideradas un proceso transparente.

A su vez, el Grupo de Contacto Internacional, la Unión Europea y Estados Unidos difundieron una declaración en la que exigieron que se establezca en Venezuela un Gobierno de transición que permita unas elecciones presidenciales.

Ver también: Congresista Jim McGovern: “Biden sabe cómo usar todo el poder que tiene la diplomacia estadounidense" 

También apuntaron que las votaciones a la Asamblea Nacional por sí solas no se presentan como una solución para la crisis política que vive el país y, en cambio, “pueden polarizar aún más una sociedad ya dividida”.

Mientras tanto, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, agregó que "las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia disminuyen la posibilidad de construir condiciones para procesos electorales creíbles y democráticos".

De cara a lo que parece la inminente pérdida del control político en el Legislativo, Guaidó lanzó un salvavidas con el que busca conservar algo de la legitimidad que le queda.

El líder opositor convocó a una consulta semipresencial con la que pretende refrendar su rol como mandatario encargado del país y, al mismo tiempo, hacerle un contrapoder a las parlamentarias.

Esta consulta se realizará tanto digital como presencialmente entre el 7 y el 12 de diciembre. Podrán participar los ciudadanos venezolanos adentro y afuera del país.

La consulta contendrá dos preguntas: la primera, si apoyan “todos los mecanismos de presión nacional e internacional para que, en el marco de la Constitución, se realicen elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables”; y la segunda, si los venezolanos rechazan o avalan las elecciones legislativas convocadas para el 6 de diciembre.

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En respuesta, el Gobierno de Nicolás Maduro puso en marcha toda su maquinaria para garantizar la victoria y recuperar el control del único órgano del poder que le es ajeno: la Asamblea Nacional.

El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y uno de los hombres más poderosos en Venezuela, Diosdado Cabello, instó (o amenazó) a los ciudadanos para que voten en la jornada electoral. “El que no vota, no come. Para el que no vote, no hay comida. El que no vote, no come, se le aplica una cuarentena ahí sin comer”, expresó Cabello.

Pese a lo que muchos creen, el Gobierno chavista no está solo en dichos comicios. El pasado martes, representantes de organizaciones que respaldan a Maduro le entregaron a la Unión Europea una petición firmada por 3.500 ciudadanos de 30 países que exigen respeto a las legislativas.

El documento fue entregado a Josep Borrell, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores.

“Si la UE apostara verdaderamente a ser un vector de paz en un mundo de turbulencias, no debería sostener la vía de la violencia y de la confrontación en Venezuela. Por eso le pedimos que respete el resultado electoral del próximo 6 de diciembre y apoye la voluntad democrática de los venezolanos”, destacó el documento.

El texto fue firmado por figuras como el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, el músico británico Roger Waters y el teólogo brasileño Frei Betto, entre otros.

En tanto, Maduro mantiene el respaldo de naciones como China, Turquía, Rusia y Cuba, entre otros.

Las cartas están echadas en Venezuela. Tal parece que el próximo lunes el país amanecerá con un Gobierno fortalecido y con el control de los tres poderes estatales, mientras que la oposición, fracturada y dividida, se quedaría sin su última plataforma de autoridad.

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