El estancamiento político que se avecina en Israel después de las elecciones
Si los pronósticos de las encuestas se reflejan en los comicios, los israelíes tendrán que esperar más allá de las parlamentarias del 23 de marzo para lograr la estabilidad de Gobierno que tanto anhelan.

Istanbul
Este 23 de marzo los israelíes acudirán a las urnas en su cuarta elección general en dos años y, una vez más, es probable que las urnas no ofrezcan mucha estabilidad.
Si los pronósticos de las encuestas se reflejan el día de los comicios, Israel se encamina hacia otro punto político muerto, y se prevé que el primer ministro en funciones, Benjamin Netanyahu, se enfrente a una batalla cuesta arriba para formar un Gobierno.
Netanyahu todavía está bajo investigación por acusaciones graves de corrupción y, a pesar de que su juicio se pospuso hasta después de las elecciones, una parte cada vez mayor del electorado israelí está cada vez más desilusionada con el primer ministro que más tiempo ha liderado Israel.
La fatiga de Netanyahu parece haberse apoderado de Israel y no se prevé que vaya a desaparecer pronto.
Netanyahu ha estado haciendo una campaña agresiva para romper el estancamiento y ha llegado incluso a cortejar a los votantes árabes además de a su base conservadora tradicional.
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En la misma semana, Netanyahu hizo campaña en el sur de Israel, que alberga grandes comunidades beduinas, donde posó con jeques beduinos ancianos, así como en los asentamientos ilegales de Cisjordania. Mientras intenta desesperadamente aferrarse al poder, Netanyahu está agotando cualquier opción disponible para él.
Con la izquierda israelí en ruinas e incapaz de reagruparse y ofrecer una alternativa, la carrera en Israel es entre aquellos que quieren que Netanyahu se vaya y los que quieren que siga gobernando.
La elección se ha convertido en un referéndum sobre Netanyahu, y los votantes han optado por dar su voto estratégicamente en lugar de votar siguiendo líneas partidistas o ideológicas. Después de más de una década de Gobierno, el controvertido primer ministro de Israel finalmente parece más débil.
Si bien Netanyahu ha enmarcado su campaña en torno a la de una vacunación generalizada en Israel y las recientes victorias diplomáticas bajo los Acuerdos de Abraham (el acuerdo de paz entre Emiratos Árabes Unidos e Israel), esto puede no ser suficiente para asegurarle un mandato más.
Derecha israelí
Aunque las encuestas aún predicen que el partido Likud de Netanyahu obtendrá la mayor parte de los votos, esto podría no ser suficiente para formar un Gobierno. Netanyahu debe buscar nuevamente formar una coalición.
Sin embargo, muchos en su propio sector de la derecha han descartado entrar en un Gobierno con el líder del Likud, ya que las voces conservadoras alternativas en Israel han ganado popularidad. Casi la mitad de los miembros proyectados de la Knéset han descartado asociarse con Netanyahu, quien se está convirtiendo cada vez más en un paria en la política israelí e incluso entre sus antiguos colegas.
El mayor desafío al Gobierno de Netanyahu proviene de sus propias filas en la derecha israelí. Se prevé que Gideon Saar y Naftali Bennett, dos exministros de la camarilla de derecha israelí, hagan grandes avances en esta elección. Su principal arma es dividir el voto de Netanyahu y bloquear su camino hacia el cargo de primer ministro.
A diferencia de los oponentes de Netanyahu en el otro lado del espectro político, estos dos candidatos están desafiando al primer ministro desde adentro. Gideon Saar, líder del partido Nueva Esperanza, fue uno de los aliados más cercanos de Netanyahu en el Likud. Naftali Bennett, presidente del partido Yamina, cuenta con sólidas credenciales de derecha que lo convierten en una alternativa popular a Netanyahu.
Estos dos nombres tienen la capacidad de influir en el delicado equilibrio que afecta la política de derecha israelí, ya que han tenido éxito en influir en los partidos religiosos-sionistas más pequeños que son cruciales para llegar a un número suficiente de miembros de la Knéset para formar un Gobierno. El apoyo al partido Likud de Netanyahu se ha ido desplazando gradualmente hacia Bennett y Saar, y los partidos religiosos más pequeños ahora también están cerrando filas con ellos.
Si bien podría parecer que Saar y Bennett están ganando solo un pequeño porcentaje de los escaños en la Knéset según los resultados de las encuestas, representan una coalición creciente entre la derecha israelí que quiere ver partir a Netanyahu.
Incluso tradicionalmente, los votantes que no son de derecha se están uniendo a Saar y Bennett, al considerarlos como la única forma de vencer a Netanyahu.
Ver también: Encuesta muestra una caída en el apoyo al partido de Netanyahu antes de las elecciones parlamentarias de Israel
Este campo de derecha contra Netanyahu es motivo de mayor preocupación para el primer ministro que sus oponentes de izquierda, una escena reveladora en términos del estado actual de la política israelí.
Aunque las elecciones son de hecho una prueba de fuego para Netanyahu, también serán decisivas para resolver la cuestión de quién será el líder de la derecha israelí en el período siguiente.
Dado que el propio Netanyahu no está dispuesto a ceder, las elecciones se han convertido en un momento decisivo para el titular y una oportunidad de oro para sus oponentes, en vista de que pueden capitalizar el hecho de que Netanyahu enfrenta serios cargos en los tribunales.
La cuestión palestina
Debido a que las alternativas a Netanyahu son provenientes de la línea del sionismo de derecha, sus posturas sobre los asentamientos de Cisjordania no deberían sorprender.
De hecho, Naftali Bennett fue un ferviente defensor del asentamiento continuo de Israel en los territorios palestinos durante su mandato como ministro de Defensa, y a menudo lo describió como una cuestión crucial de seguridad nacional. Por otro lado, Gideon Saar ha criticado a Netanyahu por no hacer lo suficiente para luchar contra los palestinos en términos de asentamientos.
En lo que respecta al tema de los asentamientos, ambos candidatos, y especialmente Saar, se han esforzado por ser mucho más intransigentes que Netanyahu.
Estos desarrollos presagian un futuro sombrío para el estado palestino y el cese de futuras actividades de asentamiento por parte de Israel, porque las alternativas de Netanyahu parecen ser tan implacables como él, o incluso más.
El futuro de Netanyahu
La ecuación política que surja de las elecciones del próximo martes será formativa en varios aspectos. Primero, los resultados revelarán si el pragmatismo de Netanyahu valió la pena para asegurar un camino hacia el cargo de primer ministro en medio de las acusaciones que se le imputan.
La elección vislumbrará si la derecha israelí todavía confía en Netanyahu a pesar de la plétora de acusaciones y si ha logrado avances con los votantes árabes.
En segundo lugar, si Netanyahu vuelve a fracasar, las caras nuevas de la derecha israelí sin duda lucharán por el liderazgo.
El período posterior a Netanyahu de la política israelí se volverá más claro, con muchos candidatos compitiendo por el liderazgo.
Independientemente del resultado de las elecciones, los israelíes tendrán que esperar más por lograr la estabilidad política que tanto anhelan, mientras un punto muerto parece casi inevitable.
**Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.
*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.
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