Política, Análisis

¿Se acerca el fin del golpe político contra Lula da Silva en Brasil?

La revocación de la condena al expresidente brasileño Lula da Silva, que lo había retirado del escenario político del país, es importante ya que plantea la posibilidad de que participe en las elecciones de 2022.

Akın Özçer  | 16.03.2021 - Actualızacıón : 19.03.2021
¿Se acerca el fin del golpe político contra Lula da Silva en Brasil? El expresidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva. (Agencia Anadolu)

ESTAMBUL

El magistrado de la Corte Suprema de Brasil, Edson Fachin, anuló el pasado lunes 8 de marzo las condenas a prisión del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (presidente en los periodos 2003-2010), que fueron imputadas por el 13° Tribunal Federal de Curitiba (Estado de Paraná) en 2017.

Fachin señaló que el tribunal estatal en cuestión, a cargo del juez Sergio Moro, no tenía competencia jurídica para realizar tales sentencias. Lula da Silva fue condenado a 12 años de prisión por "corrupción pasiva y blanqueo de capitales" y fue privado de sus derechos políticos durante 8 años.

Aunque Lula da Silva fue liberado de prisión en 2019, gracias a la reevaluación de la jurisprudencia de la Corte Suprema, sus derechos políticos se vieron privados.

Tras la anulación, los casos que constituyen la base de la condena del expresidente serán evaluados nuevamente en el Tribunal Federal de Brasilia.

El fiscal general Augusto Aras, cercano al Gobierno de Jair Bolsonaro, apelará la decisión, pero se espera que los otros 10 miembros de la Corte Suprema apoyen a Fachin en su apelación de las sentencias contra el expresidente debido a que Sergio Moro, el juez que manejó el caso de Lula hace tres años, sigue siendo el ministro de Justicia del Gobierno de Bolsonaro.

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Moro también se encargó de analizar los casos de corrupción de Petrobras y el denominado escándalo de Lava Jato, en los que muchos políticos fueron juzgados, afectando profundamente la estructura política del país.

¿Por qué y cómo ocurrió el golpe?

En forma de resumen, el objetivo del golpe político en Brasil se produjo dentro del movimiento sindical de 1980. Si bien este fue principalmente trotskista, se desplazó hacia el centro con el cambio que atravesó en los años 90. Este se produjo para derrocar al Partido de los Trabajadores (PT), que había tenido grandes victorias y llegó al poder con la elección de Lula da Silva como jefe de Estado en 2002.

Sin embargo, Lula da Silva implementó la política económica neoliberal del ex presidente Fernando Henrique Cardoso con la alianza conservadora interclase que formó, apoyándola con medidas sociales para mejorar la distribución del ingreso y tuvo mucho éxito en poco tiempo.

En primer lugar, con las políticas de estabilización que implementó, Lula llevó a Brasil de la inflación del 6 mil por ciento de la década de los 90, a ser la sexta economía más grande del mundo. De hecho el país pasó de recibir préstamos del Fondo Monetario Internacional a otorgarle uno por 10.000 millones de dólares.

Uno de los puntos más destacables del Gobierno de Lula fue que, con las medidas de alivio de la pobreza, logró trasladar a 30-35 millones de personas de la clase pobre a la clase media, aumentando la tasa de la clase media en la sociedad del 38% al 53%.

Gracias a esta nueva clase media amplió su base electoral y cimentó el camino para que Dilma Rousseff, a quien llamó su "hija espiritual", ganara las elecciones presidenciales de 2010 y 2014.

Aunque Lula tuvo tanto éxito, fue sacudido tres veces por procedimientos de "juicio político". Pero la oposición no pudo encontrar la mayoría de dos tercios requerida para el funcionamiento de este mecanismo en la Cámara y el Senado del país. Los golpistas movilizaron las calles para que Rousseff perdiera las elecciones de 2014, pero la iniciativa tampoco tuvo éxito.

Debido a que no se pudo derrocar a Rousseff por medios democráticos, se introdujo un plan de golpe político de dos etapas. En la primera, Rousseff fue destituida con el mecanismo de "juicio político" (que terminó suspendiéndola del cargo de presidenta en 2016), y en la segunda, Lula de Silva, que tenía un gran apoyo público, fue sometido a una abrazadera judicial para evitar que volviera a ser candidato.

Cuando este plan golpista funcionó, el actual presidente Jair Bolsonaro, que tenía el 20% de apoyo a su candidatura en la época, ganó fácilmente las elecciones de 2018 porque no tenía rivales fuertes.

Bolsonaro, un soldado retirado, es un político que defiende el golpe militar de 1964 respaldado por Estados Unidos y la consiguiente dictadura militar que gobernó el país hasta 1985. Un ejemplo de la postura pro Estados Unidos es la decisión de Brasil de trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén a toda prisa, bajo la iniciativa del expresidente de EEUU, Donald Trump.

La candidatura de Lula da Silva para las elecciones de 2022

La revocación de la condena de Lula de Silva es importante ya que plantea la posibilidad de que el expresidente pueda participar en las elecciones de 2022. Encuestas revelan que el político apodado el "padre de los pobres" es el candidato más fuerte para ganarle a las presidenciales a Bolsonaro.

Lula de Silva superaría a Bolsonaro con un 50% contra 38% en la segunda vuelta de las presidenciales, según una encuesta realizada por France Info. Otra encuesta publicada por Consultora Atlas el pasado viernes reveló que Lula da Silva vencería a Bolsonaro con 44,9% contra un 38,8% de los votos. Otros candidatos de la oposición contra Bolsonaro, como Ciro Gomes, tienen posibilidades de ganar, pero el candidato más fuerte es Lula da Silva.

En una entrevista con el diario El País, Lula de Silva, de 75 años, afirmó: "La política es mi ADN, dejaré de hacerlo solo cuando me muera". En el texto se indicó que para ser candidato en las presidenciales de 2022 todo dependería principalmente de la decisión a favor del Tribunal Federal de Brasilia antes de los comicios.

En caso de lograr ser candidato, Lula podría ser elegido nuevamente; lo que significaría el fin del golpe político brasileño. Pero no hay que olvidar que en Brasil, cuyo lugar en la economía mundial cayó del sexto al décimo lugar, los levantamientos son blanco de los golpes parlamentarios y judiciales; como prueba está la destitución de la “hija espiritual” de Lula de Silva, Dilma Rousseff, y la persecución del Partido de los Trabajadores de Lula. Por lo tanto, es mejor esperar y ver qué sucederá a continuación en lugar de cantar victoria.

*Akin Özçer, es autor de los libros "Agur, ETA ya no existe" (2018), "España múltiple: sistema constitucional y modelo antiterrorista" (2006) y "Euskal Herria: el nacionalismo vasco en la historia política española"(1999).

*Camilo Hernández contribuyó a la redacción de esta nota.

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