¿Por qué la estatua del General Baquedano genera tanta división entre los chilenos?
El monumento se ha convertido en un objeto de disputa entre las autoridades y los manifestantes, quienes consideran que este héroe de la Guerra del Pacífico ya no los representa. Tras ser pintado y casi derribado, fue enviado a restauración.
SANTIAGO, Chile
Por: Andrea Aguilar Córdoba
La escultura del héroe de la Guerra del Pacífico montado en su caballo Diamante había permanecido en su lugar, en la emblemática Plaza Baquedano, sin despertar mayor recelo hasta octubre de 2019, cuando surgieron las protestas por el aumento del precio del pasaje de metro, que terminaron cuestionando todo el modelo político y económico de Chile.
Durante varios meses los manifestantes se adueñaron del monumento. Mientras unos lo pintaban y le ponían banderas mapuches y pañuelos a favor del aborto, otros trataban, sin éxito, de derribarlo. Lo único que no cambiaba era que al día siguiente la estatua volvía a ser limpiada y a quedar como si la hubieran acabado de instalar en 1928.
“El mejor momento de Baquedano, que nunca había sido tanto de los chilenos, fue cuando lo vistieron y lo caracteriazaron de distintas formas los mismos manifestantes que fueron ‘customizando’ una estatua que estaba abandonada y que nadie sabía su significado”, señala a la Agencia Anadolu el urbanista Genaro Cuadros.
Pero, a casi un año y medio del llamado estallido social, los argumentos de los manifestantes para sacar el monumento de la plaza abundan y van desde que el General Manuel Baquedano exterminó a indígenas mapuches, hasta que fue instalado en la Plaza durante el gobierno de Carlos Ibáñez, a quien califican como un dictador.
“La escultura se ha vuelto un símbolo de un país que ya no es como lo era antes del 18 de octubre, más que el hecho mismo de quién era el general Baquedano. Esa estatua está allí desde el siglo pasado y respondió en su momento de instalación a un sentimiento de las glorias del ejército que, quizás, hoy hacen muy poco sentido a la gran mayoría de los chilenos”, señala Cuadros.
Sin embargo, la retirada del monumento de la Plaza Baquedano durante el mes de marzo para restaurarlo abrió un debate nacional en el que se evidenció la polarización de una ciudad en la que esta estatua divide no solo política, sino geográficamente las comunas más adineradas de las de menos recursos.
El sentir de los manifestantes
Para Giovanna Grandón, quien ha asistido religiosamente cada viernes a la Plaza Baquedano desde el 25 de octubre de 2019, cuando ocurrió la “Marcha más grande de Chile”, el monumento a Baquedano debe ser reemplazado por uno que refleje los tiempos de cambio que llegaron al país con las manifestaciones sociales.
“En ese lugar debería haber una estatua que represente al pueblo. La más lógica es que se pusiera ahí esa imagen simbólica cuando estaban todos los manifestantes del 25 de octubre que estábamos ahí, que se hizo una pirámide de personas, donde estaba a un costado la bandera mapuche y al otro lado la bandera chilena y hay una pirámide de gente celebrando este despertar de Chile que nos unió”, señala Grandón a la Agencia Anadolu.
Sin embargo, la intención del gobierno de Sebastián Piñera es retornar al mismo lugar el monumento, una vez sea restaurado, un gesto que expertos y urbanistas ven como un intento de imponer la autoridad del Estado en medio de una crisis de credibilidad de las instituciones.
“El Gobierno no entendió bien el rol que tiene que jugar sobre el respeto al patrimonio y se equivoca en la meta de volver a instalar el monumento en el mismo lugar. Debería jugar un rol de facilitador para que se reinterprete la forma en que se ha estado ocupando el lugar”, asegura a la Agencia Anadolu Roberto Moris, académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica.
Moris plantea que la discusión de fondo trasciende la ubicación de la estatua de Baquedano y se instala en generar un espacio nuevo que sirva para conmemorar el estallido social. “Los monumentos tienen que ver con la validación de la sociedad y el sentido que se le da a los lugares y no con la imposición de un gobierno”.
La indignación de militares
Antes de que la estatua fuera retirada, el pasado 12 de marzo, un grupo de militares se reunió para hacer ofrendas florales y rendir homenaje al llamado “General Invicto”, que es venerado como un héroe de la Guerra del Pacífico. Esto, tras un polémico comunicado del Ejército chileno en el que arremetió contra quienes prendieron fuego al monumento.
“Los cobardes desadaptados que cometieron este acto indignante y repudiable para todos nuestros compatriotas son antichilenos, porque desconocen la historia y en su ignorancia, son incapaces de descubrir el extraordinario aporte que el general Baquedano junto a miles de soldados chilenos le entregaron al país, al integrar extensos y valiosos territorios del norte, que hoy nos enorgullecen y son muy importantes para Chile”, señaló la institución.
Para el experto de la Academia de Historia Militar, Rafael González, la decisión de retirar al General Baquedano de la emblemática plaza es lamentable, pero necesaria para poder restaurar la figura hecha por el escultor Virgilio Arias en 1927.
“Estaba muy dañada, no solo la estatua, sino también la base, y a las figuras que están abajo también les faltaban pedazos. Tal vez haya sido una decisión sabia, aunque da pena. Siento que este es el mejor lugar para que esté esta estatua en el país. Me opongo a que esté en una unidad militar abandonada, porque más allá de lo que haya hecho Baquedano, este es un monumento histórico de una gran guerra que tuvo Chile”, asegura González.
Los proyectos de remodelación de la zona
Desde los años 80 el monumento de Baquedano empezó a ser un punto de referencia para los taxistas de Santiago, quienes cobraban más de Plaza Italia hacia arriba y menos de Plaza Italia hacia abajo, lo cual marcaba una línea imaginaria que dividía a la capital entre ricos y pobres.
Cuarenta años después esta división sigue vigente y tras la polémica de la estatua se abrió la discusión sobre qué debe suceder en esta zona, que pasó de ser el escenario para celebrar los triunfos deportivos de Chile a albergar una marcha de 2 millones de personas y convertirse en un foco de enfrentamientos entre manifestantes y carabineros.
“Lo que se debería venir ahora es la discusión de fondo sobre el lugar más que la discusión cosmética del monumento. Uno de los temas es el proyecto Alameda - Providencia, que pretende mejorar el estándar de esas calles como el gran eje de la ciudad”, señala el urbanista Roberto Moris.
Según el más reciente sondeo CADEM, el 49% de los encuestados cree que la estatua del general Manuel Baquedano debe volver a Plaza Italia, algo a lo que se opone el 51%. Sin embargo, aún no se define qué pasará con esta zona que antes de las protestas de 2019 era una de las más turísticas de Santiago.
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