¿Es posible una guerra fría entre EEUU y China en la era Biden?
Aunque sus discursos son similares, no parece posible que el demócrata opte por el camino de Obama porque los asiáticos se han fortalecido mucho y mejorado aún más sus relaciones con Europa.

ESTAMBUL
*Por: Veysel Kurt
Mientras se especula sobre la "gran estrategia" del nuevo presidente de EEUU, Joe Biden, hacia China, y qué tipo de plan de acción seguirá contra el país, el Atlantic Council, uno de los principales centros de pensamiento de EEUU, publicó un artículo titulado: "El telegrama más largo: Hacia una nueva estrategia estadounidense-china. [1]
El texto que no tiene firma, es presentado como un escrito de un exalto funcionario del Gobierno estadounidense. Los detalles brindados sobre el régimen político de China y su mandatario lo confirman. El escrito determina concretamente las amenazas que China representa para EEUU y contiene sugerencias concretas para la administración estadounidense en este aspecto.
El artículo se enfoca en que, en la lucha contra el gigante asiático, EEUU debe concentrarse en el círculo inmediato del presidente chino, Xi Jinping, y la estructura de su régimen. Este argumento recuerda las declaraciones del exsecretario de Estado, Mike Pompeo, justo antes de dejar el cargo: "el Partido Comunista Chino es la principal amenaza de nuestro tiempo". El prólogo cita el famoso telegrama de 1946 del célebre diplomático George Kennan, quien planteo la política de contención de EEUU hacia la Unión Soviética (URSS). Kennan veía la estructuración y el expansionismo del régimen comunista como la principal amenaza de la URSS.
Las potenciales intervenciones, amenazas nucleares, y amenazas convencionales de China (o Corea del Norte) contra los aliados de EEUU en la región (Taiwán, Corea del Sur y Japón) y el aumento de su presencia militar en el mar de China Meridional se consideran como la principal amenaza. El artículo señala que estas amenazas deben ser determinadas por EEUU como claras líneas rojas y que debe adoptarse un plan de acción disuasorio con compromiso militar. Además, asegura que la estrategia estadounidense debe basarse en cuatro pilares principales del poder norteamericano: el militar, el estatus del dólar como moneda de reserva global y pilar del sistema financiero internacional, el liderazgo tecnológico mundial y valores como la libertad, la justicia y el Estado de derecho.
Para hablar del plan de acción de Biden, esperaremos la declaración completa sobre su política exterior y, lo que es más importante, la Estrategia de Seguridad Nacional. La discusión sobre si el artículo anónimo tendrá repercusiones en el plan de acción de Biden continúa, pero ahora veamos los enfoques de la academia estadounidense y los centros de pensamiento sobre el problema chino.
Realistas y liberales
Los enfoques realistas y liberales hacia China han sido discutidos desde la década del 2000. Mientras los realistas argumentaban que la expansión económica de China se convertiría en una amenaza geopolítica en el mediano plazo y EEUU debía tomar medidas contra ella, los liberales señalaban que China podía ser controlada al integrarla al sistema internacional regido por EEUU.
Mientras los liberales abogaban por una política de compromiso (engagement) orientada a la economía, John Mearsheimer, una de las principales figuras de la tradición realista, afirmó que EEUU aplicaría contra China los métodos utilizados contra la Unión Soviética.
El tema quedó ensombrecido luego del 11 de septiembre, cuando EEUU cambió su estrategia de seguridad y política exterior. Desde el segundo mandato de Barack Obama, China volvió a la agenda estadounidense. El Documento de Seguridad de 2015 enfatizó la cooperación con China, pero también señaló las preocupaciones sobre la modernización militar y la resolución de disputas por medios armados. Los académicos y políticos expresaron los riesgos que generaría la expansión económica de China a largo plazo. Obama aplicó a China una política de compromiso influenciada por argumentos liberales.
Con la llegada al poder de Donald Trump se produjo un cambio en la política estadounidense hacia el país asiático. Aunque no se presentó una estrategia integral contra China, la Estrategia de Seguridad Nacional publicada en diciembre de 2017 hizo énfasis en la "amenaza china" y determinó las medidas que podrían tomarse contra ese país. Entre las políticas antichina adoptadas por Trump se encuentran el embargo económico, el aumento de los aranceles en el sector siderúrgico y las medidas para evitar los productos estadounidenses en China.
¿Qué hará Biden?
Sin importar por cuál de los dos enfoque de “gran estrategia” opte Biden, parece seguro que se tomará más enserio a China. Sus declaraciones y el efecto de la pandemia apuntan a esto.
Aunque la brecha de poder entre EEUU y China está en tendencia a estrecharse, es posible decir que la nación norteamericana todavía está muy por delante, especialmente en términos de capacidad militar. Por lo tanto, China no enfrentará como potencia militar a EEUU a corto plazo. Sin embargo, de acuerdo a la información brindada anteriormente, está claro que Washington considera a Pekín como la "nueva gran amenaza". Esta situación es precisamente la descrita por Kenneth Waltz: "La URSS no se convirtió en una superpotencia por tener energía nuclear, sino porque EEUU la trató como una superpotencia".
La percepción de la administración estadounidense sobre China será muy diferente a la del mandato de Obama, o incluso a la de la era Trump. Lo que se debería preguntar es: ¿Qué medidas tomará EEUU contra China? ¿Adoptará Biden un enfoque que incluya compromiso militar o volverá a las políticas de la era Obama e intentará negociar?
Aunque sus discursos son similares, no parece posible que Biden opte por el camino de Obama porque China se ha fortalecido y extendido demasiado y ha mejorado mucho sus relaciones con Europa. Debido a eso, es imposible detener a China con los métodos de Obama.
Se puede esperar que Biden recurra a una doctrina de contención blanda, más realista, pero que impondrá más responsabilidad a sus aliados. La política aplicada contra la URSS fue demasiado “estadounidensecentrista” y costosa. En la coyuntura actual, parece difícil para EEUU una lucha contra China a costos similares, por lo que es más probable que siga una estrategia con dos enfoques: Por un lado, frenar el crecimiento y la expansión económica de China, y por el otro, mantener lista la alianza regional en caso de que China se vuelva agresiva y amenace a los aliados de EEUU.
La OTAN de Asia
Las discusiones sobre la "OTAN de Asia" no son nuevas. El concepto fue usado por primera vez por el presidente chino el verano de 2019. En un momento de escalada en las tensiones entre EEUU y China, Xi hizo un llamado a los países asiáticos a formar una alianza militar contra Washington. Sin embargo, el llamado no recibió una respuesta seria.
Actualmente, esa expresión se utiliza para la potencial alianza militar que EEUU establecerá con Japón, Australia e India para evitar la expansión de China en el Pacífico y neutralizar la amenaza a sus aliados en la región. Se han publicado informes sobre la intención de Reino Unido de unirse a este grupo.
Por supuesto, esta alianza no es fácil de establecer, pero muestra que EEUU ve a China como una amenaza mucho mayor que antes, y esta percepción se intensificará en los próximos años. Por lo tanto, ciertamente Washington tomará varias medidas para limitar a Pekín. China, por su parte, podría volverse agresiva al cambiar su estrategia de prudencia. No debería sorprendernos si el golpe de Estado militar en Myanmar llega a considerarse el primer paso en la escalada del nuevo periodo. Si estas maniobras agresivas entre ambas naciones continúan y EEUU opta por una estrategia hacia China siguiendo “El telegrama más largo", podría comenzar una nueva guerra fría.
*Veysel Kurt es profesor de la Universidad Medeniyet de Estambul, es experto en autoritarismo en el Medio Oriente, democratización, relaciones militar-civiles. Trabaja en la Dirección de Investigación Estratégica de la Fundación para la Investigación Política, Económica y Social (SETA), con sede en Turquía.
*Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la postura editorial de la Agencia Anadolu.
**Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.
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