¿Cuál es la situación del Kurdistán Iraquí luego de tres años del referéndum independentista?
El gobierno regional suspendió los resultados del referéndum debido a las reacciones de Irak y los Estados de la región, lo que generó un período de reestablecimiento de las dañadas relaciones diplomáticas, políticas y económicas.

Estambul, Turquía
El Gobierno Regional del Kurdistán Iraquí (KRG), que vivió su momento más cercano a la autonomía el 25 de septiembre de 2017, gracias al referéndum de independencia que ganó con aproximadamente el 93% de votos a favor, se enfrenta a las consecuencias negativas del movimiento, que Irak consideró "ilegal".
KRG suspendió los resultados del referéndum debido a las reacciones de Irak y los Estados de la región, y entró en un período en el que buscaba restablecer sus afectadas relaciones diplomáticas, políticas y económicas con estos actores. En la política interna, tuvo que afrontar las acusaciones de traición entre Erbil y Solimania, los temores de divisiones y guerras civiles, la profundización de la crisis económica, así como la desconfianza en la administración y los peshmergas (kurdos armados), quienes se retiraron de Kirkuk.
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La administración de Erbil perdió frente a Bagdad una parte significativa de las regiones en disputa, incluida Kirkuk, que representa casi la mitad de sus ingresos energéticos, y continúa tres años después del referéndum con la política de aceptar que debe seguir siendo parte de Irak, del que depende económicamente debido a problemas internos y externos.
Críticas sobre la instrumentalización del referéndum de independencia en la política interna
El Kurdistán iraquí, que se destacó como la región más estable, próspera y desarrollada de Irak después de la invasión, cayó en una crisis económica cuando el entonces primer ministro, Nuri Kemal al-Maliki, recortó el presupuesto constitucional del 17% y suspendió los pagos de los salarios de los funcionarios debido a la exportación de petróleo independiente de Erbil en 2014. Además, debido a la caída de los precios del petróleo, el presupuesto gastado para la lucha contra Daesh/ISIS, que ocupó tres partes de Irak y llegó a 45 km de Erbil, y la carga de los refugiados y desplazados provocaron protestas masivas en la región del Kurdistán iraquí.
En 2015, estallaron protestas en Solimania debido a que los partidos políticos se opusieron a la extensión del mandato del entonces presidente, Masoud Barzani, tras las tensiones entre el Partido Democrático del Kurdistán (PDK), liderado por Barzani, y otros partidos, así como la suspensión del pago de los salarios a los funcionarios. Las oficinas del PDK fueron incendiadas y muchas personas murieron y resultaron heridas. Luego, el PDK destituyó a varios ministros y al presidente del Parlamento por los eventos, por lo que la Asamblea no pudo legislar.
Los desacuerdos entre los partidos políticos, la situación del Parlamento, el debate sobre la "ilegalidad" de la presidencia de Barzani y el problema de los salarios del personal público, hicieron que la decisión del presidente kurdo de celebrar un referéndum fue ampliamente criticada por la oposición por no ser el momento adecuado, no brindar soluciones a los problemas de la gente y ser un instrumento para ocultar los problemas políticos internos.
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Por otro lado, luego de finalizar la lucha contra Daesh/ISIS, Barzani previo que Bagdad trataría de recuperar las regiones en disputa, por lo que insistió en celebrar el referéndum para fortalecer sus alegatos de legitimidad en las regiones en disputa.
Tras el referéndum, Bagdad tomó el control de Kirkuk y la peshmerga se retiró de la ciudad, lo que provocó discusiones sobre “traición” entre el PDK y el segundo partido más grande de la región, Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), lo que mostró que la administración dual en Erbil y Solimania no se había institucionalizado provocando daños en los esfuerzos de independencia. Tanto así, que el PDK afirmó que el PUK había llegado a un acuerdo con Bagdad para entregarle Kirkuk y provocó un conflicto armado bipartidista.
Cambio en el discurso independentista
Masoud Barzani renunció en noviembre de 2017 debido a las presiones externas, la creciente oposición dentro del país y las dificultades económicas de la región del Kurdistán. Luego, el entonces primer ministro, Nechirvan Barzani, con una visión más moderada sobre el referéndum, fue elegido como presidente. En este contexto, se tomaron medidas positivas para resolver la crisis económica y diplomática con Bagdad y los países de la región. Mejoró las dañadas relaciones de Erbil con Ankara y Teherán, y se vio obligado a adoptar una política de pertenecía a Irak.
Por otro lado, tres años después del referéndum, el aumento de los poderes administrativos y financieros y las discusiones de la "descentralización" en Solimania, donde constituyen la mayoría los tradicionales opositores, el PUK y el Goran, se ha abandonado el discurso independentista y han aumentado los comentarios y temores sobre una división Erbil-Solimania.
En el tercer aniversario del referéndum, el KRG, que se ha vuelto económicamente más dependiente de Bagdad, no encuentra soluciones a sus problemas crónicos de corrupción, desempleo, nepotismo e inestabilidad política y, lo que es más importante, la dualidad KDP-PUK.
Se espera que el KRG se mantenga alejado del discurso independentista para proteger sus avances en el panorama actual.
*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.
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