¿Cuál es el panorama del futuro Gobierno en Israel luego de las elecciones legislativas?
Con el 90% de los votos escrutados ninguna fuerza política logra sumar los escaños suficientes en el Parlamento para formar Gobierno lo que ha hecho crecer el temor de unas nuevas elecciones anticipadas.

ESTAMBUL
Por: Emre Karaca
El 90% de los votos de las cuartas elecciones legislativas de Israel en dos años han sido escrutados y ya empiezan a vislumbrarse las posibles coaliciones políticas que formarán el próximo Gobierno del país hebreo.
En estas elecciones, el 67% de los 6,3 millones de votantes registrados fueron a las urnas. Se trata del porcentaje de participación más bajo desde las elecciones de 2009.
De acuerdo con el sistema electoral israelí, el mínimo de votos a obtener para poder formar grupo parlamentario es el 3,25%, mientras que se necesitan 61 escaños, de un total de 120, para poder formar Gobierno.
Esto hace que el abanico de partidos en Parlamento, el Knéset, sea amplio y prácticamente imposible que un solo partido logre formar Gobierno por sí solo. En estas condiciones el voto de un solo diputado puede ser crucial.
Las elecciones anteriores se celebraron hace poco más de una año antes de la pandemia de la COVID-19. Desde entonces, el actual primer ministro, Benjamín Netanyahu, el político con más años en el cargo con 15 en la historia del país, ha logrado rescribir sus éxitos, esta vez con su gestión de la pandemia.
Más de la mitad de los nueve millones de israelíes han sido vacunados con la segunda dosis de la vacuna contra la COVID-19. Dada la situación, Israel ha entrado en su fase de normalización en la que las últimas restricciones en vigor serán canceladas en breve.
A esto hay que añadir los logros conseguidos durante el mandato del expresidente estadounidense, Donald Trump, como la normalización de las relaciones con algunos países árabes y el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel.
Sin embargo, los casos judiciales por corrupción abiertos contra Netanyahu se presentan como un factor en su contra.
Estas últimas elecciones han demostrado, una vez más, la profunda polarización que vive el país. El partido de Netanyahu, el Likud, sigue siendo el primer partido a pesar de haber perdido escaños. En estos momentos cuenta con 30.
Sus posibles socios de coalición serán los partidos ultraortodoxos Shas y Yahadut Hatorá, ambos con un total de 16 escaños, el Partido Sionista Religioso, con seis, y Yamina, todos ellos conservadores y de derechas. Sin embargo, una posible coalición entre todos estos partidos solo alcanzaría los 59 escaños, insuficientes para formar Gobierno, en el supuesto caso de que todos se pusiesen de acuerdo.
En el lado opuesto se encuentran una serie de partidos a los que solo los une su oposición a Netanyahu, lo que dificulta cualquier coalición posible entre ellos.
El segundo partido que más escaños obtuvo en las elecciones anteriores es la alianza Azul Blanca, liderada por el ministro de Defensa Benny Gantz. No obstante, el hecho de haber compartido Gobierno con Netanyahu le ha pasado factura y dos de sus componentes, Kahol Lavan y Yesh Atid, se presentaron por separado en las últimas elecciones, a raíz de lo cual, los escaños de la alianza disminuyeron de 33 a 25.
Ver también: Sin alcanzar una mayoría en el Parlamento, Netanyahu lidera elecciones en Israel
Israel Beitenu, el partido del exministro de Exteriores Avigdor Liberman, mantiene sus siete diputados. Nueva Esperanza, liderado por Gideon Saar, quien se separó del Likud, alcanzó siete diputados también. El Partido Laborista y Meretz, laico, entre ambos consiguieron 12 escaños.
Elección Nacional Democrática (Balad), la coalición formada por los partidos árabes, consiguió nada más que seis escaños, frente a los 15 anteriores, luego de diversas disputas y divisiones internas. RAM fue la principal formación de Balad que se presentó a las elecciones luego de romper sus relaciones con esta. En contra de todos los pronósticos, RAM consiguió cuatro escaños, posicionándola en una postura clave a la hora de resolver el nudo de la futura coalición que gobernará el país.
A pesar de que los árabes constituyen el 20% de la población israelí, hasta el momento ninguna coalición o alianza árabe ha logrado ser socio en los diversos gobiernos de coaliciones que Israel ha tenido. Esto se debe en parte a la costumbre de las elites políticas israelíes de acusar de traidores a quienes quieran formar Gobierno con los partidos árabes.
En comparación con los demás componentes de Balad, la mayoría de los cuales son de izquierdas, RAM es más un partido islámico, por lo que mantiene grandes diferencias ideológicas con estos.
El líder de RAM, Mansour Abbas, es conocido por ser un político pragmático que no se molesta por aparecer junto a Netanyahu y se muestra dispuesto a participar en un Gobierno de coalición o a apoyarlo desde fuera. Sin embargo, la idea de depender de un partido árabe molesta a los demás miembros de la coalición, incluido Netanyahu.
El recuento de los votos continúa porque la mayoría han sido emitidos por correo. Aunque no se espera que los resultados de los votos restantes alteren los resultados actuales, un voto cuenta debido al sistema electoral delicado del país en el que un solo escaño puede cambiar el panorama político por completo.
Una vez finalice el recuento, el presidente Reuven Rivlin encomendará la labor de formar Gobierno al candidato que más posibilidades vea que tenga.
Este candidato no es sino Netanyahu, quien tendrá 28 días para formar su Gobierno. En caso de que fracasase la labor pasaría a otro candidato. Para que esto no ocurra se debe producir un evento que cambie el statu quo actual.
*Traducido por Daniel Gallego.
El sitio web de la Agencia Anadolu contiene sólo una parte de las historias de noticias ofrecidas a los suscriptores en el Sistema de Difusión de AA News (HAS), y en forma resumida.