El túnel de Eurasia, el cual se extiende por debajo del estrecho del Bósforo uniendo la parte europea de la ciudad turca de Estambul con la asiática y viceversa, está considerado como uno de los proyectos de ingeniería más exitosos del mundo.

La construcción subacuática fue ejecutada por la empresa turca Yapi Merkezi y la surcoreana SK Engineering & Construction, con base en el modelo de concesión ‘constrúyelo, explótalo y traspásalo’ (BOT, por sus siglas en inglés).

Se trata de un tubo de dos pisos, uno de ida y el otro de vuelta, cada uno de ellos de dos carriles, con una capacidad de 120.000 vehículos diarios.

El túnel entró en servicio el 20 de diciembre de 2016 y desde el 31 de enero de 2017 opera las 24 horas del día solamente para coches y furgonetas.

Aparte de ayudar a descongestionar el tráfico de Estambul, aliviando las cargas de los tres puentes sobre el Bósforo que también unen las dos partes de la ciudad, el túnel supone un ahorro de tiempo y dinero para los conductores.

Según datos recopilados por la Agencia Anadolu del Ministerio de Transporte e Infraestructura de Turquía, durante el presente año gracias al túnel se pudo ahorrar un total de 1.196 millones de liras turcas (aproximadamente USD 201 millones), 870 millones de ellas (aproximadamente USD 146 millones) en tiempo, 295 millones (aproximadamente USD 49 millones) en combustible y 31 millones (aproximadamente USD cinco millones) en emisiones. 

Gracias al túnel, el tiempo de tránsito de una parte a otra bajó de 100 minutos a 15, contribuyendo a la disminución de las emisiones de gases como el dióxido de carbono (CO2), óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de azufre (SO2).

El proyecto ha sido galardonado con el Premio al Logro Global en la rama de ‘financiación y economía de proyecto’ por la Federación Internacional de Carreteras (IRF, por sus siglas en inglés) por su robusta estructura financiera.

*Traducido por Daniel Gallego.