El presidente de Francia, Emmanuel Macron, señaló que su país tuvo una responsabilidad política en el genocidio de 1994 en Ruanda.

Macron, sin embargo, dijo que Francia no fue “cómplice” del "terrible suceso". El mandatario dio las declaraciones durante un homenaje a las víctimas del genocidio en un monumento de Kigali, la capital de Ruanda, el lugar de descanso final de más de 250.000 víctimas de los hechos de 1994.

"Hoy aquí, con humildad y respeto, he venido a reconocer nuestras responsabilidades. Reconocer este pasado es, también y, ante todo, continuar la labor de la justicia. Comprometiéndonos a garantizar que ningún sospechoso de crímenes de genocidio pueda escapar al trabajo de los jueces", manifestó el mandatario.

Macron pidió perdón y añadió que Francia debe reconocer el sufrimiento infligido a Ruanda a través de su silencio.

El presidente francés llegó al país del este de África el jueves por la mañana. Es el primer líder francés en visitar Ruanda desde 2010.

"Francia tiene un papel, una historia y una responsabilidad política en Ruanda. Y tiene un deber: afrontar la historia y reconocer la cantidad de sufrimiento que ha infligido al pueblo de Ruanda al hacer que el silencio prevalezca sobre el examen de la verdad durante demasiado tiempo", destacó Macron.

En el genocidio, entre el 7 de abril y el 15 de julio de 1994, aproximadamente un millón de personas, principalmente de la comunidad étnica tutsi y hutus moderados, fueron asesinadas en un lapso de 100 días.

"Al ignorar las advertencias de los observadores más lúcidos, Francia asumió una responsabilidad abrumadora en una espiral que desembocó en lo peor, incluso mientras buscaba precisamente evitarlo", agregó el mandatario francés.

A inicios de abril, un informe de la Comisión de Investigación de Ruanda y creada por orden del presidente francés eximió al Estado de cualquier participación directa en el genocidio de 1994. Sin embargo, por primera vez se indicó que Francia tuvo "una responsabilidad seria” frente a lo sucedido.

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París nunca se ha disculpado oficialmente por su participación en el genocidio de Ruanda ni ha asumido responsabilidad alguna por los hechos que llevaron a la masacre de 800.000 tutsis, a pesar de que recibió acusaciones de brindar asistencia civil-militar y patrocinio político al régimen dominado por los hutus antes, durante y después de lo sucedido en el país africano.

El genocidio en Ruanda

En 1994, los hutus iniciaron un proceso de exterminio masivo contra la población tutsi en Ruanda, debido a la supuesta responsabilidad de un grupo rebelde tutsi en el derribamiento del avión del entonces presidente, Juvenal Habyarimana. Más de 800.000 tutsis murieron en la masacre que duró alrededor de 100 días en el país.

Francia fue criticada por la opinión pública internacional y dentro del país debido a que su administración fue partidaria durante mucho tiempo del Gobierno hutu.

París fue condenada por restringir el avance del Frente Patriótico Ruandés (FPR) y de haber brindado apoyo de armas y municiones a los responsables del genocidio, en lugar de prevenir la masacre.

El 23 de junio de 1994, Francia lanzó la Operación Turquesa, bajo el mandato de las Naciones Unidas, para establecer un refugio seguro para los solicitantes de asilo en el suroeste del país.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.