El número de casos de intolerancia religiosa en el estado de Río de Janeiro aumentó en un 56% comparado con los primeros cuatro meses de 2017.
En el 2018 se registraron 25 casos, en contraste con los 16 del mismo periodo en el año pasado, según un informe de la Secretaría de Derechos Humanos y Políticas para Mujeres y Ancianos (SEDHMI).
“Entre el inicio de 2017 hasta el 20 de abril del presente año se han contabilizado un total de 112 casos”, según esta Secretaría.
Entre los casos de intolerancia religiosa se presentan agresiones físicas, destrucción de templos religiosos e incluso dimisión o inadmisión de funcionarios debido a sus creencias.
Los principales afectados de estas agresiones son los creyentes de cultos de origen africano como el candomblé y el umbanda, quienes son atacados por traficantes de las favelas que hacen parte de iglesias neopentecostales que desde hace varios años tienen presencia en Brasil.
Los templos católicos y protestantes, iglesias evangélicas, centros espiritistas y sinagogas judías también han denunciado agresiones contra sus instalaciones y fieles.