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Rusia, en busca de ganar terreno perdido tras la disolución soviética

El país liderado por Vladimir Putin tiene una fuerte influencia global, dicen algunos expertos, mientras que otros argumentan que depende demasiado del 'poder duro'.

Elena Teslova, Zehra Nur Düz  | 18.11.2019 - Actualızacıón : 19.11.2019
Rusia, en busca de ganar terreno perdido tras la disolución soviética MOSCÚ, RUSIA - NOVIEMBRE 05, 2019: Soldados rusos participan, en la Plaza Roja de Moscú, en un ensayo de un desfile para conmemorar el aniversario número 78 del histórico desfile de Moscú en 1941, cuando los soldados del Ejército Rojo cruzaron las murallas del Kremlin hacia la línea del frente para luchar contra las tropas nazis durante la Segunda Guerra Mundial. (Sefa Karacan - Agencia Anadolu)

MOSCÚ

Rusia ha tratado en los últimos años de restaurar gradualmente la influencia que perdió en el ámbito mundial luego de la disolución de la Unión Soviética.

Algunos expertos sugieren que sin los límites ideológicos que presentaba la conformación de gobierno de antaño, Rusia tiene una ventaja para extender su influencia mundial, a pesar de la dificultad de restaurar totalmente las capacidades soviéticas. Otros dice que su política exterior depende demasiado del 'poder duro'.

El 'poder duro' es un término utilizado en las relaciones internacionales que se refiere al poder de una nación enfocado a medios militares y económicos.

El Partido Comunista, era la entidad más importante para las interacciones de la Unión Soviética y aliados externos, lo que hizo que las decisiones se tomaran lentamente y dependieran en gran medida de los funcionarios del partido, dice a la Agencia Anadolu Kirill Koktysh, politólogo del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú.

"Es obvio que Rusia es un país sucesor de la Unión Soviética. Según algunos parámetros, su influencia es incluso mayor que la de la URSS, no solo por el tamaño de su Estado, los recursos y otras características físicas, sino también por las diferentes condiciones globales", afirma el experto.

La URSS construyó sus relaciones únicamente con gobiernos "amistosos" y mayormente a un nivel político, mientras que Rusia le ha apostado a la economía al usar sus lazos políticos para encontrar áreas de cooperación económica y forjar vínculos a través de proyectos comerciales a largo plazo, dice Koktysh.

A pesar de las sanciones y tensiones entre Rusia y la UE, así como con los Estados Unidos, la cooperación económica de Rusia con ambos ha sobrepasado por mucho el comercio soviético-europeo y soviético-estadounidense, dice el experto.

"En Oriente Medio podemos decir que Rusia superó a la URSS y ha logrado establecer relaciones exitosas con todos los estados regionales".

"En Asia, uno de los principales socios de Rusia es China, mientras que en la era soviética los dos países estaban al borde de un enfrentamiento militar, hoy la amistad de Rusia con China no perjudica sus buenas relaciones con otros países de la región, agrega Koktysh.

La influencia rusa en África no se puede comparar con el poder soviético en la región. Aunque Moscú acaba de empezar a retornar al continente, los avances son muy prometedores, dice.

La posición de Rusia en los antiguos países del bloque oriental es indisputable, debido a que en la práctica se ha mostrado que Occidente es incapaz de enmendar pérdidas causadas a algún país por salirse del mercado ruso, agrega el experto.

"Inicialmente, las conexiones entre los países del bloque soviético eran construidas de tal manera que su ruptura provocaba tremendas pérdidas para el partido que rompía la relación.

Vemos en el ejemplo de Ucrania y Moldavia que Occidente no puede remplazar el mercado ruso". 

Prioridades diferentes

Vladimir Evseev, experto militar y subdirector del Instituto de la CEI (Comunidad de Estados Independientes), destacó que la Unión Soviética y Rusia tienen diferentes prioridades de política exterior.

Mientras que la URSS buscaba la dominación mundial, Rusia está decidida a defender sus intereses nacionales y crear un sistema mundial multipolar, dice Evseev.

"A diferencia de la Unión Soviética, Rusia se centra en la construcción de una cooperación responsable, una parte importante de su política exterior, y esto da resultados impresionantes... Mira a Siria, la Unión Soviética actuaría de manera diferente para resolver el problema unilateralmente", dice.

"Rusia está negociando con otros actores importantes y respeta los intereses de ellos".

"Por ejemplo, para Rusia es importante liberar Idlib, pero no toma medidas apresuradas y respeta la posición de Turquía", dijo el experto, al referirse a un área del noroeste de Siria donde se estableció una zona de desescalamiento.

Evseev agregó que la habilidad de negociar no es un signo de debilidad, al contrario, es mucho más difícil de mirar a través de enfoques comunes ya que requiere tiempo, paciencia y respeto.

"Mira a EEUU, son fuertes, no negocian con nadie, pero no resuelven nada (tampoco). Mira a Rusia, Irán y Turquía, negocian, encuentran un compromiso, implementan decisiones y tienen problemas resueltos y solucionan conflictos", enfatiza.

La legitimidad de Rusia basada en el poder duro

Aunque el poder político y diplomático de Rusia no es tan fuerte como durante la Guerra Fría, su política de cooperación y asociación participativa durante la formación del "nuevo sistema internacional" hace de Rusia un actor político más fuerte a nivel mundial, dijo Mehmet Seyfettin Erol, presidente del Centro Ankara para la Investigación de Crisis y Políticas (ANKASAM).

"Rusia, actualmente una potencia regional, está tratando de convertirse en una potencia global nuevamente con su "política de poder inteligente", que depende en gran medida del poder duro", dijo Erol.

Empezando desde los países que Rusia considera "extranjeros cercano", se ha tratado de lograr este objetivo principalmente a través de asociación y cooperación, también a través del uso de amenazas y poder duro, enfatizó el experto.

Para proteger sus intereses y eliminar amenazas contra el mismo y sus alrededores, Rusia no duda en crear una "legitimidad basada en el poder duro", dijo.

Rusia parece haber conseguido su objetivo hasta el momento, agrega Erol, al referirse a sus acciones en Georgia, Ucrania oriental, Crimea y Siria.

"Rusia está usando efectivamente y continuará usando su poder duro en su política exterior en los años que vienen", según Erol.

La política de poder blando de Rusia es relativamente débil en comparación con la de EEUU y Occidente, por lo que está tratando de equilibrar esta debilidad utilizando medios coercitivos, agregó.

"Las violaciones de los derechos humanos y las acciones antidemocráticas se encuentran entre las características destacadas de la política exterior y de seguridad rusa", subrayó.

Aunque parece que se convierte en una potencia mundial otra vez, la historia muestra que Rusia tiene poco que ofrecer en términos de valores como derechos humanos y democracia, dijo Erol.

La Rusia de hoy enfrenta una crisis de identidad y un "vacío ideológico" ya que sufre de la falta de un "sistema de valores único" y entendimiento de la civilización.

"Las actividades de Estados Unidos, especialmente después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, que socavan el derecho internacional y tienen como objetivo desacreditar a las organizaciones internacionales, forman una base legítima para las políticas actuales de Rusia ", agregó.


Punto de inflexión global del siglo XXI

Hasan Ali Karasar, experto en relaciones internacionales de la Universidad de Capadocia en Turquía central, dijo que desde el colapso de la Unión Soviética, Rusia ha intentado reparar las cicatrices del pasado soviético para restaurar su poder entre la familia de naciones.

Destacando que Rusia no es un Estado "ordinario", Karasar dijo: "es el heredero de dos grandes potencias de los últimos dos siglos".

"La grandeza del Imperio ruso en el siglo XIX y de la Unión Soviética en el siglo XX es una maldición y una bendición en sus políticas internas y externas", destacó.

Para Rusia, los años 90 fueron de tremendo caos y lucha ya que perdió su estatus de gran poder, dijo Karasar.

"Una buena parte de la primera década del siglo XXI puede considerarse años de recuperación", agregó.

Karasar dijo que esta recuperación condujo al "resurgimiento de la política de gran poder".

"Los conflictos intratables en el Cáucaso (Abjasia y Osetia del Sur) y Crimea se convirtieron en pretextos para usar poder duro para reimponer el poder regional de Rusia", dijo.

A los ojos de los occidentales responsables de hacer políticas, todo esto hace de Rusia un "poder revisionista" en lugar de un gran poder, agregó Karasar.

Pero la participación directa de Rusia en la guerra civil siria se ha transformado en un "punto de inflexión global", con su fuerte diplomacia y Ejército, según el experto.

"Rusia utiliza su limitado poder económico, social, cultural y militar de manera más efectiva que cualquier otro país", dijo.

Aunque es pronto para hablar de éxito, Karasar dice que "Rusia juega al ajedrez mejor que muchos otros".

Aunque desde el final de la Guerra Fría se estableció el llamado "nuevo orden mundial", dice Karasar,hoy no existe un orden sino un desorden creciente, guerras civiles e inestabilidad, aclara.

"Lo interesante de esta nueva era es el hecho de que la ilusión de Occidente como el protector y fuente de la ley y normas internacionales, el promotor del esfuerzo mundial hacia la democracia y apoyo para los derechos humanos ya no existe", dijo.

Cuando se trata de los registros acerca de los derechos humanos y la democracia, "no hay mucha diferencia entre las llamadas "grandes potencias", si es que queda alguna", agregó.


*Traducido por Aicha Sandoval Alaguna.

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