Reconocimiento de Colombia a Palestina: Más que una maniobra política

Los motivos concretos de este reconocimiento persisten ocultos y más parece haber sucedido como política de paz del expresidente Juan Manuel Santos que como una agenda de política exterior del Estado.

Por: Ahmed Fawzi Mostefai

Han pasado más de dos meses desde que Colombia otorgó el reconocimiento a Palestina como un Estado “libre, independiente y soberano”. Los motivos de este reconocimiento aún no se conocen a fondo, lo que da pie a especulaciones de todo tipo, sin embargo, parece que se dio más en el contexto de la política de paz del expresidente Santos, ahora una figura internacional en el tema.

Antecedentes

El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas llevó a cabo la votación para aprobar la partición de Palestina, con el fin de crear un Estado judío y uno árabe y ponerle fin al mandato británico en la región, el cual databa de finales de la Primera Guerra Mundial.

Para mantener su neutralidad ante este asunto Colombia fue uno de los pocos países latinoamericanos que se abstuvo durante esta votación. Colombia aprovechó su membresía temporal aquel año en el Consejo de Seguridad de la ONU para pedir que la decisión no fuera tomada apresuradamente y se estudiaran más a fondo las ramificaciones del plan de partición.

La resolución 181 de 1947, aprobada por 33 votos a favor (de los entonces 56 Estados miembros de la naciente organización mundial) no logró tener efecto debido al desenlace de una guerra civil entre árabes y judíos.

Israel fue fundado el 14 de mayo del año siguiente durante una proclamación hecha por los líderes sionistas en Tel Aviv, la cual fue seguida de una invasión de una coalición árabe de cinco países que más tarde fue derrotada por las fuerzas israelíes.

A pesar de su negativa inicial de apoyar el plan de partición, en 1949, Colombia decidió reconocer oficialmente al Estado de Israel y estableció relaciones diplomáticas con este en el año 1957, abriendo su representación diplomática en Tel Aviv en 1963.

Israel: aliado militar de Colombia

Israel ha firmado acuerdos de cooperación y ha vendido a las fuerzas armadas colombianas equipos de alta tecnología. Esta relación de vendedor-comprador de armas es importante debido a ciertas restricciones para la adquisición de material bélico que algunos países imponen a Colombia por causa de su historial de violaciones a derechos humanos, suscitado en parte por el conflicto armado que azota al país desde mediados de los años 50.

Las ventas de armas a Colombia por parte de Israel incluyen aviones cazabombarderos de tercera generación Kfir, que hoy en día conforman el grueso de la flota interceptora de la Fuerza Aérea Colombiana; dos versiones de fusiles tipo Galil, principal arma de la infantería del Ejército Colombiano, ahora fabricados bajo licencia por la industria de armamentos colombiana, Indumil; morteros y drones de reconocimiento también usados por la fuerza aérea, entre otros. Para el año 2010 casi el 50% de las importaciones armamentísticas de Colombia provinieron de Israel.

Colombia e Israel mantuvieron una relación particularmente estrecha durante los mandatos de Álvaro Uribe (2002-2010) y Juan Manuel Santos (2010-2018) e incluso este último firmó un acuerdo de libre comercio bilateral, que aún no ha entrado en vigencia. En 2017 Benjamín Netanyahu visitó Colombia, convirtiéndose en el primer mandatario israelí en visitar el país suramericano.

Las relaciones Colombia-Palestina, entre promesas y sorpresas

Hasta antes de la inesperada declaración de la Cancillería colombiana, las relaciones se mantuvieron a flote gracias a la promesa de Colombia de apoyar la solución de los dos Estados en concordancia con las fronteras trazadas antes de la Guerra de los Seis Días de 1967.

Un hito en las relaciones Colombia-Palestina fue la visita del ícono de la resistencia palestina Yasser Arafat a Cartagena en 1995 para la cumbre del Movimiento de Países No Alineados. 

Durante su visita, Arafat sostuvo una llamada telefónica transmitida en la radio con el entonces presidente de Colombia, Ernesto Samper, durante la cual el ya fallecido líder de la Organización para la Liberación de Palestina hizo un llamado a los guerrilleros, urgiéndolos a pensar primero en Colombia.

Antes de partir, Arafat invitó a Samper a visitar el territorio palestino, algo que el mandatario liberal hizo en 1996, mismo año en el que iniciaron oficialmente las relaciones diplomáticas entre Colombia y Palestina con la apertura de la Misión Especial de Palestina en Bogotá.

En algunas ocasiones el Gobierno colombiano ha apoyado resoluciones de la ONU que buscan mejorar la situación humanitaria de los palestinos afligidos por el conflicto.

Ejemplos recientes fueron el comunicado enviado por la Cancillería a Israel en 2014 pidiendo el fin de bombardeos a la Franja de Gaza que dejaron a más de 80 palestinos muertos. También el rechazo inicial a la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de trasladar la embajada de su país de Tel Aviv a Jerusalén, una postura que modificó rápidamente cuando en la Asamblea General de la ONU se votó contra de la moción de Estados Unidos, y Colombia fue uno de los pocos países que se abstuvo.

A pesar de su cercanía con Israel, el gobierno Santos tuvo algunos acercamientos con Palestina. En 2011 el mandatario colombiano recibió a su homólogo palestino, Mahmoud Abbas, quien realizó una gira latinoamericana con el fin de buscar el apoyo al reconocimiento del Estado palestino. Aunque Santos se negó a apoyar la petición de Abbas en 2012, en 2014 elevó en el país el estatus de la Misión Especial de Palestina a misión diplomática.

En 2013 Santos visitó, por primera vez, en un solo viaje tanto Israel como Palestina.

¿Qué llevó a Colombia a reconocer a Palestina?

Expertos hablan de numerosos escenarios y motivos por los que se otorgó dicho reconocimiento. Incluso se dice que se dio con el fin de dificultar las relaciones de la administración Duque con Israel, lo cual queda descartado por los motivos de política exterior ya antes mencionados.

La hipótesis más manejada fue la de una maniobra política anunciada a la opinión pública solo horas después de que el nuevo presidente y opositor de Santos, Iván Duque, asumiera el mandato.

De inmediato, Israel expresó su descontento absoluto con el reconocimiento. La Embajada de Israel en Bogotá informó mediante una carta abierta que estaba “sorprendida y decepcionada” por la decisión, y agregó que esperaba ser notificada de esta con antelación.

La vicepresidenta de Colombia, Martha Lucia Ramírez, se reunió con el embajador israelí en Colombia al poco tiempo de ser anunciado el reconocimiento. Ramírez comunicó que se comprometía a transmitir sus preocupaciones al presidente Duque y al canciller entrante, Carlos Holmes Trujillo.

Sin embargo, el reconocimiento de Palestina como Estado no ha significado un deterioro en las relaciones con Israel para los otros Estados que ya lo han hecho.

La promesa de Trujillo de llevar el tema a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Colombia pudo dar señales tempranas de que el gobierno entrante era ajeno a la decisión.

No obstante, poco tiempo después, el canciller Trujillo tuvo que confirmar que el expresidente Santos y la excanciller María Ángela Holguín ya le habían informado sobre la decisión con anterioridad y tuvo que confesar que esta era irreversible.

Al parecer, según internacionalistas, el interés de Santos era convertir a Colombia en un referente de paz en el escenario internacional.

El expresidente, galardonado con el Premio Nobel de Paz en 2016 por lograr la firma del acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC en ese año, entendió que en el escenario internacional el conflicto Palestina-Israel debía ser solucionado de otra forma.

Santos fue consciente de que esperar a que los palestinos e israelíes implementaran la solución de los dos Estados por sí mismos era irreal y si él no reconocía a Palestina su sucesor no lo haría. De esta manera el exmandatario haría internacional su política de paz y enviaría un mensaje a Israel de que Colombia rechaza los recientes actos de violencia cometidos contra los manifestantes palestinos que piden el fin del bloqueo a la Franja de Gaza y el fin a la construcción de nuevos asentamientos ilegales en Cisjordania y Jerusalén oriental.

Es necesario entender dicho reconocimiento internacional en el contexto del posconflicto colombiano, sin embargo al parecer podría también verse como un acto de reciprocidad tardío, un agradecimiento al llamado hecho por Yasser Arafat a los grupos guerrilleros en ese viaje de 1995.

Es más acertado ver este acto de gobierno no como un acercamiento a Palestina ni como un distanciamiento de Israel, sino más como un llamado al diálogo y la reconciliación entre los dos pueblos.

*Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan la política editorial de la Agencia Anadolu.