Presidentes de Iberoamérica abordaron la crisis migratoria en el continente
El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, se refirió al masivo éxodo centroamericana que se dirige a Estados Unidos y pidió que no se hable más de muros en las fronteras.
Miembros de la caravana que se dirige hacia EEUU en un campamento en la Ciudadela Deportiva de Ciudad de México. (Alejandro Melgoza - Agencia Anadolu)
Guatemala
En el marco de la XXVI Cumbre Iberoamericana que se lleva a cabo en la ciudad de Antigua, Guatemala, los presidentes y vicepresidentes latinoamericanos que arribaron este viernes a la ciudad de Antigua abordaron temas fundamentales de la región como la migración.
En este contexto, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, se refirió al masivo éxodo centroamericano que se dirige a Estados Unidos y pidió que no se hable más de muros en las fronteras.
Morales exhortó a sus colegas para que centren sus esfuerzos en proyectos que le ofrezcan oportunidades sociales y laborales a las personas que residen en sus países de origen.
El jefe de estado mexicano, Enrique Peña Nieto, respaldó dicha propuesta y aseguró que “es cierto que la mejor manera de evitar que la gente migre involuntariamente es promoviendo, entre todos, el desarrollo interno en nuestras naciones”.
Por su parte, el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, subrayó que “frente a la tentación de un repliegue nacional que estamos viendo en muchas partes del mundo, de la construcción de muros, discursos xenófobos y ultranacionalistas que se escuchan. Nuestra comunidad iberoamericana ofrece una alternativa de esperanza”.
Las declaraciones de los mandatarios ocurren en medio de una las migraciones centroamericanas más grandes de la historia.
La caravana de miles de migrantes salió el pasado 13 de octubre de la ciudad hondureña de San Pedro Sula y se ha dividido en varios estados de México antes de llegar a la frontera.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) le pidió al Gobierno de Estados Unidos que proteja a los migrantes que lleguen en las caravanas de acuerdo al protocolo de 1967 sobre refugiados, del cual hace parte, al considerar que son personas que huyen de la violencia o persecución y necesitan protección internacional.
Buena parte de la caravana avanza vigilada por las autoridades mexicanas y con la asistencia de varias organizaciones de protección a migrantes y de defensa de derechos humanos.
Cabe recordar que los 15.000 militares estadounidenses ubicados en la frontera entre México y Estados Unidos no podrán capturar a ningún migrante centroamericano que pretenda llegar a EEUU.
Según indica la Ley Posse Comitatus (de 1978), los miembros del Ejército tienen prohibido realizar acciones que corresponden a las fuerzas del orden civil, como la detención o procesamiento de migrantes.
Tampoco tienen autorizado el uso de armas.
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