El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, condenó enérgicamente el asesinato del ciudadano estadounidense de origen africano, George Floyd, a manos de agentes de la Policía.

A través de un comunicado, Mahamat “extendió sus más profundas condolencias” a la “familia y seres queridos” de Floyd.

Mahamat “reafirmó y reiteró firmemente el rechazo de la Unión Africana a las prácticas discriminatorias continuas contra los ciudadanos negros de Estados Unidos”.

En su comunicado, Mahamat hizo referencia la histórica resolución de la Organización para la Unidad Africana (OUA) sobre las discriminación racial en los Estados Unidos aprobada por los jefes de Estado y de Gobierno de África durante la primera reunión de la Asamblea de la OUA celebrada en la capital de Egipto, El Cairo, del 17 al 24 de julio de 1964.

Así mismo, Mahamat instó “a las autoridades de Estados Unidos a intensificar sus esfuerzos para garantizar la eliminación total de las formas de discriminación por motivos de raza u origen étnico”.

Floyd, de 46 años, fue arrestado el lunes en la ciudad Minneapolis, Minnesota, luego de que supuestamente intentó usar un billete falso de USD 20 en una tienda.

Las imágenes del video publicado en Facebook lo mostraron esposado y cooperando.

Pero la Policía afirma que el hombre se resistió al arresto. Uno de los oficiales se arrodilló sobre su cuello, a pesar de las repetidas súplicas de Floyd en las que aseguraba no poder respirar.

Poco después, Floyd pareció perder el conocimiento, pero el oficial mantuvo su posición sobre la víctima.

El hombre murió poco después de ser llevado a un hospital.

Cuatro oficiales han sido despedidos por el asesinato, lo que provocó protestas masivas e indignación contra la brutalidad policial.

La familia de Floyd aseveró que quiere que los oficiales sean acusados ​​de asesinato.

La muerte de Floyd marca un fuerte paralelo con la de Eric Garner, quien murió durante un brutal arresto en Nueva York en 2014, después de que éste en varias ocasiones suplicó a los policías diciendo: “No puedo respirar”.

La frase se convirtió en un grito de guerra para los manifestantes que protestan en contra de los asesinatos de mujeres y hombres negros no armados a manos de la Policía. Esta misma frase sigue resonando casi seis años después.

La muerte de Floyd ha desencadenado protestas en Minneapolis y varias ciudades de Estados Unidos por la brutalidad policial y la responsabilidad legal. Algunas manifestaciones se han convertido en disturbios, y el Tercer Precinto del Departamento de Policía de Minneapolis fue incendiado el jueves por la noche en uno de esos incidentes.

*Traducido por Daniel Gallego.