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Las voluntarias que han apoyado las labores escolares de los niños desde el inicio de la pandemia en Paraguay

En los barrios de bajos recursos de la capital, Asunción, un grupo de mujeres decidió crear un espacio para apoyar a los menores ante la falta de tecnología en la zona y la poca formación para orientarlos.

Lorena Flores  | 09.09.2021 - Actualızacıón : 21.09.2021
Las voluntarias que han apoyado las labores escolares de los niños desde el inicio de la pandemia en Paraguay En los barrios de bajos recursos de la capital paraguaya, Asunción, un grupo de mujeres decidió crear el espacio “Cabichu’i raity”, donde se apoya a los menores a avanzar a nivel escolar y a hacer sus tareas mientras sus padres trabajan largas jornadas para sostenerlos. (Crédito obligatorio: Cortesía educadoras “Cabichu’i raity”)

ASUNCIÓN, Paraguay
En marzo de 2020, al inicio de la pandemia de COVID-19, en los Bañados de Asunción surgieron ollas populares comandadas por mujeres madres donde se alimentaba gran parte de la comunidad. 

A la par, las mismas plantearon las dificultades que tenían para apoyar a sus hijos e hijas en las tareas escolares ante la falta de tecnología en la zona y la poca formación para orientar a los niños.

Para solucionar la situación fue habilitado el espacio educativo “Cabichu’i raity”, voz en guaraní que en castellano significa avispero. Este fue ubicado en el patio de la casa de una de las mujeres referentes de la comunidad y continúa siendo sostenido por educadoras voluntarias luego de más de un año del inicio de la pandemia.

Ellas se basan en la educación popular como propuesta pedagógica para ir construyendo procesos de aprendizaje en guaraní y castellano, según le explicó Cira Novara, coordinadora del espacio, a la Agencia Anadolu.

La labor se basa en construir sobre los conocimientos adquiridos de los niños, sus capacidades, sus características psicológicas y estado emocional, teniendo en cuenta que todos estos elementos inciden en su desarrollo, añade Novara. 

En este espacio se planean actividades de manera que los niños puedan avanzar a su ritmo y respetando las potencialidades y necesidades de cada uno. 

Asimismo Laura Mora, estudiante de último año de trabajo social, otra de las educadoras, expresa que “al compartir espacios gremiales del estudiantado con una compañera que es referente social del Bañado Sur (Asunción), desde el Movimiento Por la Educación (MOPE) nos hemos involucrado en las actividades de las ollas populares de su barrio”.
 
“En las actividades de las ollas populares hemos notado una buena cantidad de niños cuyos padres y madres trabajan alrededor de 16 horas por día para poder subsistir y prácticamente no tienen tiempo para acompañar a sus hijos a realizar las tareas escolares que les impone el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) a raíz del cierre de las escuelas, quienes envían tareas a través de Whatsapp o de otros medios”, añade la joven. 

“Es una sensación muy satisfactoria ver los resultados y los avances que tienen los niños mediante la transformación de las metodologías de aprendizaje. Nos motiva a seguir con el compromiso con la comunidad, trabajando también el respeto, buen trato, responsabilidad, compromiso, la autoestima y la solidaridad”, dice Laura Vera, otra de las voluntarias. 

Por otro lado, la coordinadora del trabajo con los niños menciona que también contactan con los docentes de las escuelas, a quienes les informan sobre el progreso de los niños, sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los niños presentan dificultades en lectoescritura, a pesar de estar ya en grados superiores.

El número de niños varía, pero se mantienen en alrededor de 40 a 45 estudiantes, de entre 4 a 16 años.

La Agencia Anadolu también conversó con Katerin Zárate, una de las madres cuyos hijos asiste al espacio, y quien dijo que Cristopher ha avanzado muchísimo porque “ya sabe leer y sumar solo”.

Andrea García, mamá de David, del tercer grado, también asegura que este espacio ha sido de gran utilidad. Cuando su hijo empezó a ir a este espacio no sabía leer. “Hoy en día ya lee y no tengo cómo pagar a las profes”, señala.  

En un principio el espacio se organizó en el patio de la casa de una de las cocineras, con mesas y sillas de las vecinas, ya que no disponían de mobiliarios. Luego fueron solicitando apoyo solidario a la ciudadanía y así recibieron diversos materiales y útiles didácticos. 

La misma familia de la cocinera luego habilitó una habitación de la casa, donde siguen trabajando.

Es un espacio pequeño, por lo que trabajan en dos turnos. Cada una de las educadoras invierte recursos propios para cubrir las necesidades diarias de materiales, ya que las familias no cuentan con ellos; a su vez colaboran con meriendas o útiles escolares. 

“Estamos martes, jueves y sábado de 9:00 a 11:00 .m., y en estos días organizamos grupos de niños y niñas de acuerdo con sus necesidades, con cuatro educadoras. También en algunos periodos se cuenta con el apoyo de docentes y estudiantes de diversas carreras de la Universidad Nacional de Asunción”, amplía Cira. 

“Al principio era un desafiante caos: algunos niños eran violentos, no respetaban los espacios y a sus compañeros; se mostraban desafiantes con las educadoras. Luego fuimos trabajando estas conductas y ganando la confianza tanto de los niños como de las madres, conversando también con ellas para hacerles entender que sus hijos no eran deficientes o ‘ñembotavy’ (que se hacían los tontos), sino que el método empleado en las escuelas no posibilitaba el desarrollo de los mismos. El sistema educativo no es el adecuado”, continúa. 

Las educadoras coinciden en que este segundo año los desafíos son seguir afianzando los conocimientos, los valores y desarrollar las capacidades de los que iniciaron el proceso y de los nuevos niños que se van sumando, ya que las docentes y directoras de las escuelas del barrio tienen como referencia al espacio educativo y orientan a las madres para que envíen allí a sus hijos.

A ellas las mueve una profunda sensibilidad social y política, según concluye Cira Novara: “Consideran que no deberían existir diferencias sociales: ricos y pobres, más aun considerando que el Paraguay posee mucha riqueza, que utilizada adecuada y sustentablemente puede cubrir las necesidades de toda la población para construir una sociedad más justa, democrática y solidaria”. El sitio web de la Agencia Anadolu contiene sólo una parte de las historias de noticias ofrecidas a los suscriptores en el Sistema de Difusión de AA News (HAS), y en forma resumida.