Dos días después de la golpiza que dos guardias de seguridad de un supermercado propinaron a un cliente afrodescendiente hasta su muerte, y mientras cientos de personas marchaban en contra del racismo en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro negó que en el país existiera un odio histórico contra los negros.​​​​​​​

“Antes de entrar a nuestro tema principal de la sesión, quiero hacer una rápida defensa del carácter nacional brasileño de luces a los intentos de importar para nuestro territorio tensiones ajenas a nuestra historia”, dijo Bolsonaro al iniciar su intervención en la cumbre del G20, que este año se realizó de manera virtual debido a las restricciones existentes a causa de la pandemia de coronavirus.

“Como una familia brasileña podemos contemplar una diversidad mayor que otros países. Hay quienes quieren destruirla y poner en su lugar un conflicto, el resentimiento, el odio y la división entre razas, siempre enmascarados en la lucha por la igualdad o la justicia social, todo en busca de poder. Aquellos que instigan al pueblo a la discordia fabricando y promoviendo conflictos atentan no solo contra la nación, sino contra nuestra propia historia”, agregó el mandatario.

El ciudadano João Alberto Freitas fue golpeado y asfixiado durante cuatro minutos por dos guardias de seguridad que lo escoltaron a las afueras del supermercado. Las cámaras de vigilancia dejaron en evidencia la violencia con la que el afrodescendiente fue inmovilizado.

La injustificada paliza y el hecho de que hubiera quedado grabada en video hizo que los brasileños compararan la muerte de João Alberto con el asesinato de George Floyd a manos de un policía, hecho que llevó a miles de ciudadanos estadounidenses a protestar en las calles contra el abuso policial y el racismo.

Los brasileños salieron a las calles y se tomaron las redes para protestar en contra de la muerte del brasileño, y para poner en evidencia el racismo que existe en el país y quejarse ante la indiferencia de sus gobernantes, muchos de los cuales niegan que exista tal problema, tal como lo hizo Bolsonaro en la cumbre de líderes más importante del mundo.

En memoria de João Alberto la Avenida Paulista, la más importante de la ciudad de São Paulo, fue pintada con la frase: “Las vidas negras importan”.