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Expertos aseguran que la causa de la crisis en el Líbano no es económica sino política

Los intentos del Gobierno de dar soluciones económicas son simplemente "anestesia local", ya que lo que se necesita es resolver la crisis en sus cimientos, aseguró uno de los analistas políticos consultados por la Agencia Anadolu.

Mahmoud Mohamed Barakat  | 10.07.2020 - Actualızacıón : 11.07.2020
Expertos aseguran que la causa de la crisis en el Líbano no es económica sino política BEIRUT, LÍBANO - JUNIO 6, 2020: Miles de ciudadanos salieron a las calles de la capital del país, Beirut, para protestar contra la inacción del Gobierno por el empeoramiento de la crisis económica. Miles de ellos marcharon hacia el edificio del Parlamento exigiendo un cambio en los partidos políticos sectarios que dirigían la administración. Las fuerzas de seguridad bloquearon las vías, lo que ocasionó choques con los manifestantes. (Hussam Chbaro - Agencia Anadolu)

BEIRUT, Líbano

La crisis actual del Líbano no es económica como parece, sino más bien política desde el principio, lo que dificulta la realización de reformas serias y rápidas para aliviar los problemas de la población, según expertos políticos libaneses.

La economía ha quedado devastada incluso después de que el gabinete en funciones, dirigido por el primer ministro Hassan Diab, se formara a finales de enero, tras la salida del Gobierno de Saad Hariri, en octubre, a causa de las protestas antigubernamentales sin precedentes desatadas por la crisis económica, descrita como la peor desde la guerra civil de 1975-1990.

A pesar de la pandemia de coronavirus, el pueblo libanés se sigue tomando las calles en medio de informes de que al menos cuatro personas se suicidaron en junio debido a los problemas económicos. "Hay un intento por describir el problema como un asunto económico, pero es político con distinción", le dijo Makram Rabah, profesor de historia de la Universidad Americana de Beirut, a la Agencia Anadolu.

El Líbano se enfrenta al reto de restaurar la "soberanía del Estado" para iniciar una reforma política y económica, argumentó Rabah, refiriéndose a la influencia de los poderes políticos en el Gobierno y a la incapacidad de superar la división interna causada por el sectarismo que caracterizó la escena política durante años.

Líbano fue devastado por una sangrienta guerra civil de 15 años de duración, que comenzó el 13 de abril de 1975. En virtud del Acuerdo de Taif, de 1989, que puso fin a este conflicto, las carteras del gabinete se reparten entre las principales agrupaciones etnorreligiosas del país, con seis carteras reservadas a los suníes, seis a los chiítas y tres a los drusos.

Un gobierno de transición e independiente es vital para superar la crisis

"Los ciudadanos libaneses quieren soluciones rápidas y este colapso económico lleva a un estado de pérdida e incluso a una posible hambruna e inanición", subrayó Rabah. El poder adquisitivo del pueblo libanés ha disminuido drásticamente, ya que 3.500 liras libanesas se negocian al cambio de USD 1 dólar de manera oficial, pero 9.000 liras libanesas es el valor con el que se negocia cada dólar en el mercado negro, después de un fuerte descenso en las últimas semanas.

"El principal problema no fue la salida de Hariri, sino más bien las élites gobernantes en particular, y el sistema de cuotas existente", dijo el académico libanés. De acuerdo con Rabah, la aplicación del sistema de cuotas interviene en las designaciones administrativas y políticas: "Demuestra que el Gobierno no es independiente. Aunque tenga expertos, esto no es suficiente".

Según el profesor, un Gobierno transitorio e independiente es vital para superar la crisis actual. Y durante el estado de transición, desarmar al influyente grupo de Hezbolá sería beneficioso, ya que Líbano está ahora distanciado del mundo árabe, que solía apoyarlo financieramente.

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"El Líbano está castigado actualmente debido a las políticas de Gebran Bassil (exministro de Asuntos Exteriores) y Hezbolá", dijo, y enfatizó que el Líbano necesita mantener buenos lazos con los Estados árabes y la comunidad internacional, "excepto con Israel".

Sin embargo, "en aras de la objetividad, el principal problema no es Hezbolá, sino el concepto de que Hezbolá protege la corrupción". Para este experto, "Hezbolá fue un catalizador que aceleró la caída", ya que las clases políticas usan "las armas de Hezbolá para proteger su avaricia y le dan al grupo una cubierta política que llevó al país a esta trágica situación".

El "Gobierno de Hezbolá"

Por su parte, el analista político Moufid Mostafa se refirió a la falta de independencia del actual Gobierno libanés, llamándolo "el Gobierno de Hezbolá". "El desafío más importante que enfrenta hoy en día es que es el Gobierno de Hezbolá y sus aliados, y por tanto los Estados del Golfo no quieren apoyarlo", le dijo Mostafa a la Agencia Anadolu.

También señaló que el Gobierno de Líbano ha fracasado en las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para tomar un préstamo por "su incapacidad para cumplir con las reformas requeridas". Además, la pandemia del coronavirus ha profundizado la crisis económica, pues la pandemia "afectó enormemente la (transferencia) de dinero de los expatriados (libaneses) que fluía desde el extranjero y que era un gran apoyo para la economía libanesa".

El experto político duda que los esfuerzos del Gobierno, incluidos los subsidios a los productos básicos y el apoyo a los pobres, puedan resolver la crisis. "Todas estas soluciones son un anestésico local; a menos que la crisis se resuelva en sus cimientos, todos estos pasos son temporales e inútiles", afirmó, y argumentó que una reforma política es clave para la cuestión. "Es muy difícil superar la crisis a la luz de los componentes políticos actuales, incluso imposible".

Según Mostafa, la formación de un nuevo Gobierno que pueda tratar con el FMI y otros países donantes para obtener préstamos sería una solución a corto plazo, ya que es urgente encontrar soluciones rápidas para los ciudadanos libaneses. Esto incluye el apoyo al sector eléctrico, "que constituye el mayor déficit del presupuesto del Gobierno".

Por otra parte, "la segunda solución a largo plazo es establecer un nuevo sistema libanés que establezca un Estado civil lejos de las cuotas sectarias y políticas", concluyó el experto.

*José Ricardo Báez contribuyó con la redacción de este análisis.

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