El conflicto afgano, en camino a convertirse en una guerra psicológica

Mientras llega un año nuevo, el prolongado conflicto de Afganistán se está convirtiendo en un tipo de guerra psicológica acompañado por el creciente número de muertos tanto por parte del Gobierno como de los talibanes.

Las estadísticas compiladas por la Agencia Anadolu revelan que sólo en diciembre, al menos 150 oficiales de seguridad, 184 civiles y cientos de insurgentes fueron asesinados en una serie de incidentes mortales, mientras que 14 soldados de la OTAN murieron en lo corrido de 2018.

La alta cifra de muertos refleja la determinación del Gobierno y de los talibanes por demostrar su influencia en medio de un aparente afán por parte de Washington para concluir la guerra más larga de Estados Unidos.

Kabul muestra su fuerza

Por parte del gobierno de Kabul, el control de las Fuerzas de Defensa y Seguridad Nacional de Afganistán (ANSDSF) ahora está en manos de dos antiguos espías, con un enfoque agresivo, después de una gran reorganización del liderazgo de las instituciones de defensa y seguridad el mes pasado.

El presidente Mohammad Ashraf Ghani designó a los ex jefes de inteligencia Amrullah Saleh y Assadullah Khalid como ministros del Interior y de Defensa, respectivamente. En sus comentarios iniciales, ambos hablaron sobre el marco de políticas para las ANSDSF con un claro enfoque en atacar sin piedad a los rebeldes, no solo en el escenario de defensa habitual sino también en términos de ataques a gran escala en los bastiones de los talibanes y Daesh.

“Durante mucho tiempo, nuestras fuerzas tuvieron el eslogan ‘Sar Warkao, Sangar Na Warkawo’ [que en idioma pastún significa Moriría, pero no se rendiría]. Pero con el debido respeto a este viejo eslogan, ahora nuestro eslogan será 'Sar Waho, Sangar Tre Neso’ [Los mataría, capturarían sus bastiones]”, declaró Khalid en una reunión de soldados afganos en su discurso inaugural, después de hacerse cargo del Ministerio de Defensa.

La futura estrategia se centra en eliminar el liderazgo y las fuentes financieras de los rebeldes a través de operaciones dirigidas, dijo el portavoz del Ministerio de Defensa, Syed Ghafor Javed, a la Agencia Anadolu.

“De ahora en adelante, en promedio, se conducen 15 ataques aéreos diarios para eliminar a los líderes talibanes y sus recursos financieros. Esto ha producido buenos resultados”, señaló Javed.

El portavoz afirmó que varios líderes talibanes que se esconden, junto con militantes clave del grupo habían sido asesinados recientemente.

Esto también se ve reflejado en las estadísticas reveladas por la Misión Apoyo Decidido en Afganistán, liderada por la OTAN, las cuales demuestran que 1.089 combatientes talibanes, incluidos nueve comandantes, fueron asesinados en operaciones afganas apoyadas por la coalición desde el 9 de noviembre.

En total, se produjeron 392 ataques aéreos en noviembre junto con otros 150 en las primeras tres semanas de diciembre. De acuerdo con la Misión Apoyo Decidido, 450 militantes talibanes murieron durante los ataques de diciembre.

En su discurso, Khalid dijo además que se obligará a los talibanes a aceptar los diálogos de paz impulsados por Afganistán, dando señales de un 2019 más mortal.

Los rebeldes son inamovibles

Sin embargo, los rebeldes no han mostrado señales de debilidad o rendición. Solo en diciembre, el grupo llevó a cabo varios ataques coordinados, así como bombardeos suicidas y ataques con artefactos explosivos improvisados, particularmente en las provincias de Faryab, Sar-e-Pul y Jawzjan al norte del país, y al occidente en las de Farah y Herat.

Las cifras reunidas por la Agencia Anadolu indican que al menos 150 miembros de seguridad de Afganistán, incluidos cuatro comandantes de la policía, perdieron su vida en estos ataques.

El ataque terrorista más mortal del mes fue un atentado suicida con carro bomba seguido del asedio de un complejo gubernamental en Kabul el 24 de diciembre que dejó 43 muertos, la mayoría de ellos empleados del sector civil. Los talibanes negaron su participación.

Por otro lado, el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahed dijo en Twitter que el grupo extendió su control a 29 distritos más en todo Afganistán. Señaló que se llevaron a cabo un total de 10.638 ataques, causando la muerte de más de 20.000 fuerzas afganas y aliadas.

El mes pasado, algunos medios estadounidenses informaron que Washington estaba considerando la retirada de 7.000 soldados de Afganistán, pero esto no ha sido confirmado por la Casa Blanca.

Posición de fuerza

Mohammad Arif, analista de defensa, explicó en declaraciones a la Agencia Anadolu que ambos lados han elevado sus estándares en un intento por entrar a los diálogos de paz en una posición de fuerza.

Los talibanes “iniciaron una ofensiva diplomática, que ahora cuenta con contactos abiertos, los cuales se mantenían anteriormente en secreto, con Irán, Pakistán, Rusia y otros países, así como, por supuesto, la interacción con el diplomático estadounidense Zalmay Khalilzad. Sin duda, buscan una participación importante en cualquier establecimiento futuro que Estados Unidos parece buscar con urgencia”.

El presidente Ghani ha dejado en claro que el proceso de paz propuesto sería dirigido por los afganos. Pero la continua negativa de los talibanes de reunirse con funcionarios afganos sigue siendo un obstáculo para que esto pueda realizarse.

El reino de Arabia Saudita organizará una sesión sobre el proceso de paz propuesto en la ciudad de Yeda este mes, la cual contará con reuniones directas entre representantes de Estados Unidos y los Talibanes.

Syed Ehsan Tahiri, portavoz del Alto Consejo de Paz de Afganistán, señaló que se esperaban diálogos directos con los talibanes en Arabia Saudita.

“Celebramos y apoyamos todos los intentos hacia la paz de Afganistán. Esperamos que las promesas hechas se cumplan”.

*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.