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Desafíos de la UE ante el regreso de terroristas europeos de Daesh

Europa ha ignorado a cientos de sus propios ciudadanos que se convirtieron en militantes de la organización terrorista y se rehusaban a la idea de que algún día volverían.

Zeliha Eliaçık  | 21.11.2019 - Actualızacıón : 24.11.2019
Desafíos de la UE ante el regreso de terroristas europeos de Daesh Se estima que más de 5.000 miembros del Daesh provienen de Europa. (Hişam el Homsi - Agencia Anadolu)

Istanbul

El escritor Zeliha Eliaçık es investigador de la Dirección de Estudios Europeos SETA, que trabaja sobre oriente, minorías en sociedades europeas y musulmanas, islamofobia y la política exterior de Alemania.

Según datos del Consejo de Asuntos Exteriores (FAC) de la Unión Europea (UE), 42.000 personas se unieron a la organización terrorista Daesh (también conocida como ISIS) entre 2011 y 2016.

Se estima que más de 5.000 de estas personas provienen de Europa.

Mientras que un tercio de los 4.000 europeos occidentales que se unieron a Daesh han regresado a sus países, el resto ha muerto, desaparecido, o aún se encuentran en Irak o en el norte de Siria, y allí son retenidos como prisioneros.

De acuerdo con cifras recientemente publicadas por el Instituto Egmont, actualmente hay entre 500 y 550 hombres y mujeres europeos en Siria e Irak afiliados a Daesh.

Además, se cree que entre 700 y 750 niños están retenidos en campamentos.

En primer lugar se encuentra Francia, que tiene el mayor número de ciudadanos miembros de Daesh en el norte de Siria e Irak, con un estimado de 130 adultos y más de 300 niños, y le sigue Alemania con 124 adultos y 138 niños.

Siguen Bélgica, los Países Bajos y Suecia.

Incertidumbre en cifras

Es difícil determinar el número exacto de miembros de Daesh con pasaportes europeos.

De hecho, las cifras que tenemos son muy contradictorias.

Sin embargo, cuando los titulares de la doble ciudadanía entre los terroristas se suman al número total, la estimación llega a al menos más de 1.200 ciudadanos europeos afiliados a Daesh presentes en Siria e Irak.

Según las cifras de las unidades de inteligencia y seguridad alemanas, desde 2013, miles de personas de Alemania se han unido a Daesh, siendo un 75% de ellos hombres y el resto mujeres.

La mayoría de los que realmente participaron en los enfrentamientos son menores de 30 años.

De ellos, 220 han muerto luchando y casi 350 han regresado a Alemania.

Las unidades de seguridad alemanas dicen tener información sobre dónde lucharon más de 110 de los que han regresado en Siria y qué tipo de entrenamiento habían recibido.

Las más recientes cifras de Alemania, a marzo de 2019, indican que solo en el norte de Siria, hay 56 hombres y mujeres, así como 59 niños, todos ciudadanos alemanes.

La reacción de Europa ante los retornados de Daesh

Europa ha ignorado durante mucho tiempo a sus propios ciudadanos que se convirtieron en militantes de Daesh.

Se consideraba que estas personas que abandonaron sus países le apostaron a una amenaza a la seguridad, a pesar del hecho de que habían sufrido la mayoría de sus procesos de radicalización en sus propios países europeos, convirtiéndose principalmente en una grave amenaza para su seguridad interna.

Los europeos, que luchan con una gran cantidad de problemas, incluido el terrorismo de extrema derecha, se negaron a enfrentar el hecho de que algún día sus ciudadanos afiliados a Daesh podrían regresar.

Sin embargo, con Daesh perdiendo en gran medida su influencia y sus terroristas siendo tomados bajo control y detenidos en prisiones o campamentos, se produjo un debate sobre lo que debería hacerse con los ciudadanos europeos que allí se encuentran.

Eludiendo la ley

No solo Turquía, que tiene cerca de 2.200 miembros de Daesh encarcelados, y Estados Unidos, sino también las familias de los niños y jóvenes que se unieron a Daesh han estado presionando a sus gobiernos para que traigan a sus hijos de vuelta y los procesen en sus propias jurisdicciones.

Muchas familias en Alemania han salido a las calles e incluso han presentado demandas contra el Estado alemán, acusándolo de no actuar de manera responsable y protectora frente a sus ciudadanos.

Un padre alemán, cuyos dos hijos se unieron a Daesh como menores, habló con el canal alemán 3SAT.

El padre volvió a saber de sus hijos cinco años después de que el Estado alemán le aseguró que ambos estaban muertos, y agregó que el estado aparentemente le había mentido.

Las familias acusan al Gobierno alemán de prolongar los asuntos con varias excusas y juegos burocráticos, mientras esperan que sus hijos mueran o desaparezcan.

Cuando los estados europeos se vieron bajo presión externa por ignorar el tema de los militantes europeos de Daesh, ellos comenzaron a buscar formas de mantener a estas personas alejadas de sus países.

Aunque inicialmente se sugirió que se estableciera una plataforma judicial internacional exclusiva para estos terroristas, las diferencias en los sistemas legales de los países de la UE, así como el hecho de que tal paso no podría ser realizado sin cooperar con el régimen de Al-Assad, se descartó esta posibilidad.

Otra opción que se consideró fue que todos los ciudadanos europeos afiliados a Daesh actualmente detenidos en Irak y el norte de Siria fueran juzgados en tribunales iraquíes y cumplieran sus condenas allí también.

Lo que hizo que esta opción fuera insostenible para los Estados europeos fue la solicitud de Irak de un pago anticipado de casi USD 2.000 millones, además porque las sentencias que podrían dictarse en Irak incluían la pena capital y la tortura endémica en las cárceles iraquíes.

Las solicitudes de Francia y Alemania a Irak de que las penas de muerte dictadas a sus ciudadanos se conviertan en cadenas perpetuas se filtraron a la prensa, pero en vista de que tales negociaciones podrían hacer que los Estados europeos estén en deuda con Irak, finalmente se encontraron indefendibles ante la opinión pública europea.

El último recurso de los estados europeos era tratar de evitar el problema de tener que recuperar a estas personas despojándolas de su ciudadanía.

Sin embargo, debido a que los judíos podían ser despojados fácilmente de su ciudadanía en la era de Hitler, muchos estados europeos, y principalmente Alemania, hicieron prácticamente imposible despojarlas de su estatus para que la ley de ciudadanía no se convirtiera en un instrumento político.

De acuerdo con las leyes de muchos países europeos, incluida Alemania, la ley de desnaturalización no se puede hacer cumplir cuando la persona involucrada terminará apátrida.

Por esta razón, lo que pueden hacer es revocar la ciudadanía de aquellos miembros de Daesh con doble ciudadanía o aquellos que actualmente están en proceso de obtenerla de otra nación.

Aunque es posible revocar la ciudadanía de alguien de manera retroactiva en los casos en que se descubrió que proporcionaron información falsa u ocultaron cierta información durante el proceso de emisión, no se considera una solución rápida y factible, ya que demostrarlo es bastante difícil.

Por lo tanto, los países europeos, y particularmente Alemania, han comenzado a implementar enmiendas legales que facilitarán la desnaturalización.

Alemania por ejemplo, ha permitido desnaturalizar a los ciudadanos alemanes que participaron en un conflicto armado en Siria después de cumplir 18 años en Alemania.

Sin embargo, dado que la ley que entró en vigencia en abril, cubre solo acciones futuras, no brinda una solución al problema actual.

Recientemente, un veredicto emitido por el Tribunal Administrativo de Berlín defendió el derecho de los tres hijos de un militante de Daesh a regresar a Alemania con su madre, a pesar de la objeción del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Por ahora, parece que no hay otra forma para los Estados europeos que recuperar a sus ciudadanos miembros de Daesh y enjuiciarlos en casa.

De hecho, Alemania y Países Bajos han anunciado que acordaron cooperar con Turquía, y el ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, agradeció a estos países por su cooperación.

¿Qué esperan los militantes europeos de Daesh que regresan a sus hogares?

Esto no es un tema nuevo.

De acuerdo con datos arrojados por la agencia de inteligencia de Alemania, desde 2013, un tercio de los 1.050 combatientes que fueron a luchar a Siria e Irak para las filas de Daesh ya regresaron individualmente al país.

Pero el hecho de que los ataques de París y Bruselas, que tuvieron impactos de largo alcance, fueron llevados a cabo por aquellos retornados de Daesh, hizo que los Estados europeos fueran más sensibles sobre este tema.

Por esta razón, el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Heiko Maas, declaró que los ciudadanos alemanes tenían el derecho a regresar, pero que la readmisión sólo era posible si eran detenidos o arrestados a su llegada a Alemania.

Se confirmó oficialmente que funcionarios de las unidades de inteligencia y seguridad alemanas viajaron a Siria e Irak este año para identificar y recopilar información sobre los ciudadanos alemanes que se encuentran en campos y cárceles.

Sin embargo, como es muy difícil encontrar evidencia sobre los delitos presuntamente cometidos, solo un pequeño número de miembros de Daesh retornados ha sido arrestado o está siendo investigado.

Resulta muy costoso inscribir a los retornados de Daesh en programas de “desradicalización”, cuyos beneficios son altamente sospechosos, además de un monitoreo durante todo el día.

Teniendo en cuenta que un total de 25 oficiales deben ser designados para monitorear a un solo miembro de Daesh en un solo día, está claro que este no es un método sostenible a largo plazo.

¿Por qué no son deseados los retornados de Daesh?

Las leyes contra el terrorismo, básicamente ineficaces, de los estados de Europa Occidental, incluida Alemania, hacen que la decisión sobre qué hacer con los terroristas que regresan sea más difícil de tomar.

Según el artículo 129b del Código Penal alemán, ser miembro de una organización terrorista es un delito.

Sin embargo, cuando se mira a las sentencias pronunciadas hasta el momento, se puede ver que el único delito de ser miembro de una organización terrorista recibe una pena de prisión de tres a cinco años en promedio.

Si se puede demostrar que los retornados de Daesh estuvieron involucrados en muertes civiles o tortura en sus áreas, estas condenas de prisión pueden incrementarse con penas adicionales; pero probar estos crímenes es extremadamente complejo.

El hecho de que los miembros de Daesh que regresaron al país hace unos años pronto serán liberados una vez que terminen los cortos períodos de prisión que ahora están cumpliendo, es una fuente de grave preocupación para las fuerzas de seguridad.

Ningún funcionario o político está dispuesto a asumir los costos económicos y políticos y los riesgos que surgirán del proceso de recuperar a los miembros de Daesh.

De hecho, estos retornados de Daesh también pueden convertirse en material de propaganda fresco, jugando a favor de la extrema derecha, que ha ganado popularidad en toda Europa.

Por lo tanto, a corto y mediano plazo, los retornados de Daesh y, a largo plazo, los terroristas europeos miembros del PKK/YPG que pronto comenzarán a regresar a sus países, aumentarán los riesgos de seguridad en Europa.

Para contrarrestar a estas y a las organizaciones terroristas de extrema derecha, los estados europeos podrían tener que cambiar su definición de “terrorismo”, ampliar su alcance e implementar sanciones más severas.

Además, se están adelantando las preparaciones para hacer los cambios legales necesarios y considerar a las mujeres que simplemente trabajaron como cocineras o limpiadoras y que tampoco lucharon en ningún enfrentamiento como terroristas de Daesh.

Sin embargo, arrestar a los retornados de Daesh no elimina la amenaza a la seguridad.

Por no hablar de eliminar cualquier amenaza, es probable que estas personas se radicalicen aún más en la prisión.

Ya es hora de que los estados europeos entiendan que no pueden hacer frente de manera efectiva a este problema reduciendo los factores que están en juego al unirse estas personas a la organización terrorista a una “radicalización teológica” y a la confrontación entre el llamado “Islam moderado” y el “Islam radical”.

Las declaraciones de ciudadanos europeos que se unieron a Daesh muestran que estas personas se identifican con las injusticias perpetradas contra la identidad superior a la que sienten un sentido de pertenencia y contra sus comunidades, lo que a su vez solo demuestra que el problema real es mucho más profundo.

Los estados europeos deben dejar de marginar a las minorías musulmanas de inmediato, ya que estos países necesitarán la ayuda de las comunidades religiosas para rehabilitar a aquellos que se unieron a Daesh con motivaciones religiosas, pero luego se arrepintieron e integraron nuevamente en la sociedad.

**Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.

*Traducido por Daniela Mendoza.

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