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Cancillería de Brasil movió el aparato estatal para comprar cloroquina como tratamiento contra la COVID-19

El excanciller Ernesto Araújo declaró en el Congreso ante la comisión parlamentaria que investiga la gestión del Gobierno de Jair Bolsonaro frente a la pandemia.

Camila Fernanda Moreno Camargo  | 19.05.2021 - Actualızacıón : 19.05.2021
Cancillería de Brasil movió el aparato estatal para comprar cloroquina como tratamiento contra la COVID-19 RÍO DE JANEIRO, BRASIL - ABRIL 08: Trabajadores de la salud luchan por salvar vidas en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Municipal de Sao José, en Río de Janeiro, Brasil el 8 de abril. 2021. (Fabio Teixeira - Agencia Anadolu)

BOGOTÁ, Colombia

La Cancillería de Brasil movió todo el aparato estatal para comprar cloroquina como tratamiento contra el coronavirus, a pesar de que ninguna autoridad científica del mundo haya comprobado su eficacia contra la COVID-19.

Así lo confirmó el excanciller Ernesto Araujo durante su testimonio ante la comisión parlamentaria de investigación del Congreso (CPI, por sus siglas en portugués), que investiga la gestión del Gobierno Federal para evitar el avance de la pandemia: “En ese momento, marzo, había una expectativa de que existiera eficacia en el uso de la cloroquina para el tratamiento de la COVID, no solo en Brasil. Hubo noticias al respecto en varios lugares del mundo. Hubo un gran apuro en el abastecimiento de hidroxicloroquina y bajaron precipitadamente las existencias de cloroquina, según nos informó el Ministerio de Salud”, dijo el político.

Araujo aseguró que el presidente Jair Bolsonaro intervino personalmente para garantizar el suministro de cloroquina al país, incluso cuando varias sociedades de medicina desaconsejaron su uso por los efectos secundarios del medicamento.

Lo anterior contrasta con la declaración del presidente regional de Pfizer en América Latina, Carlos Murillo, quien manifestó ante la CPI que durante el 2020 la farmacéutica le ofreció hasta en tres ocasiones al Gobierno brasileño la venta de vacunas contra el coronavirus, pero dichas ofertas fueron ignoradas.

De igual manera, cuando se creó el mecanismo Covax (que tiene como objetivo entregar de manera equitativa a los países las vacunas contra el virus) este le permitía a los Estados adquirir a través de ellos las dosis necesarias de biológico para vacunar el 50% de su población, pero Brasil solo negoció sobre el 10% de sus habitantes.

“No fue una decisión mía, no fue una decisión del Ministerio de Asuntos Exteriores, fue una decisión del Ministerio de Sanidad, dentro de su estrategia de vacunación”, afirmó Araujo, en lo que varios congresistas consideraron como una manera de pasar toda la responsabilidad de la negociación y gestión internacional para la adquisición de las vacunas al entonces ministro de Salud, Eduardo Pazuello.

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Por otro lado, frente al hecho de que desde el Gobierno brasileño se hayan hecho pronunciamientos xenófobos contra los chinos, que han podido entorpecer el suministro de insumos para que Brasil produzca la vacuna de Sinovac, Araujo comentó: “No considero que ninguna de las declaraciones que he hecho sea antichina. En las notas oficiales, nos quejamos del comportamiento de la embajada china, pero no hubo ninguna declaración que pudiera calificarse de antichina”.

Sin embargo, hace dos semanas, el presidente Bolsonaro aseguró, en una rueda de prensa, que China creó el coronavirus para iniciar una “guerra química” en todo el planeta.

Es un virus nuevo, nadie sabe si nació en un laboratorio o nació porque un ser humano ingirió un animal inadecuado. Pero está ahí. [...] Los militares saben que es una guerra química, bacteriológica y radiológica. ¿No estaremos enfrentando una nueva guerra? ¿Qué país registró mayor crecimiento de su PIB? No se lo voy a decir”, comentó el mandatario.

De inmediato, el embajador chino en Brasil, Yang Wanming, respondió a las polémicas declaraciones en su cuenta de Twitter: “La parte china repudia con vehemencia sus palabras y exige que las retire de inmediato y pida disculpas al pueblo chino”.

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