El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lanzó este jueves una serie de acciones ejecutivas para controlar el porte y la fabricación autónoma de armas de fuego.

Las medidas están destinadas a mitigar la denominada "epidemia" de violencia armada en Estados Unidos, algo a lo que Biden calificó de ser una "vergüenza internacional".

En promedio, 316 personas reciben disparos por día, y de los heridos, 106 pierden la vida, señaló Biden, y denominó el fenómeno como una "crisis de salud pública".

“Tenemos la oportunidad de cumplir con la primera responsabilidad del Gobierno: mantener a nuestra gente segura”, afirmó el presidente desde la Casa Blanca y agregó: “en el proceso podemos mostrarle al mundo y demostrarnos a nosotros mismos que la democracia funciona. Podemos unirnos y hacer grandes cosas".

Las medidas impulsadas por Biden buscan frenar la circulación de armas de fuego de fabricación autónoma conocidas como "armas fantasma", al exigir a los fabricantes de kits utilizados para construir estas armas que impriman las piezas clave con números de serie, y exige a los vendedores realizar una verificación de antecedentes de los compradores antes de que se puedan vender los kits.

Las abrazaderas que se colocan en las pistolas para permitir que se disparen con mayor precisión, según las acciones ejecutivas de Biden, estarán sujetas a la Ley Nacional de Armas de Fuego, que requiere que los compradores envíen sus datos de identificación al Departamento de Justicia y paguen una tarifa de 200 dólares.

El sospechoso que llevó a cabo el tiroteo masivo en la ciudad de Boulder, Colorado, el pasado 22 de marzo, habría usado presuntamente una abrazadera en su pistola durante el ataque que cobró la vida de 10 personas, incluido un oficial de policía que fue el primero en acudir a la escena.

El presidente estadounidense también está revisando las leyes de "bandera roja" que permiten decomisar temporalmente las armas a una persona que sea considerada peligrosa, a través de una orden judicial.

Biden señaló que está instruyendo al Departamento de Justicia para publicar un modelo legislativo para los estados que actualmente carecen de tales leyes. Además, pidió al Congreso que adopte una versión nacional de la ley, para frenar ataques armados hacia mujeres por parte de sus parejas íntimas y los suicidios con armas de fuego.

El mandatario está instruyendo además a las agencias federales para que publiquen anualmente un informe sobre el tráfico de armas de fuego en EEUU.

Las medidas del presidente estadounidense se producen en medio de una fuerte oposición de los republicanos a cualquier esfuerzo por imponer restricciones a las armas de fuego.

Dos esfuerzos para cerrar las lagunas en la verificación de antecedentes se han estancado en el Senado de EEUU.

La poderosa Asociación Nacional del Rifle, que presiona a los legisladores para que rechacen cualquier esfuerzo de control de armas en el país, afirma que “Biden está yendo en contra de la Segunda Enmienda”, aludiendo a un artículo constitucional que protege el derecho de los estadounidenses a poseer armas de fuego.

El grupo señaló que estaba listo para oponerse a las medidas y a través de Twitter afirmó: "¡es hora de oponerse y luchar!".

Anticipándose a los cargos, Biden refutó las sugerencias de que sus acciones son un ataque a la Segunda Enmienda y calificó tales comentarios de tener "argumentos falsos".

Es "simplemente extraño sugerir que algunas de las cosas que recomendamos sean contrarias a la Constitución", señaló Biden.​​​​​​​

*Camilo Hernández contribuyó a la redacción de esta nota.