Según fuentes locales, 60 efectivos de las fuerzas del régimen de Bashar al-Assad y de los grupos terroristas apoyados por Irán murieron en ataques aéreos de Israel en la provincia de Deir ez-Zor, en el noreste de Siria.

Los ataques se produjeron en horas de la madrugada contra posiciones y almacenes de municiones del régimen sirio y de los grupos terroristas en la ciudad de Deir ez-Zor y varios de los municipios a su alrededor, así como cerca de la frontera con Irak.

En los ataques, 49 terroristas extranjeros y 11 soldados sirios, entre ellos un coronel, perdieron la vida.

Por su parte, fuentes militares sirias, en declaraciones a la agencia de noticias oficial de Siria, SANA, culparon a Israel de los ataques.

Estos grupos están integrados por individuos de origen iraní, iraquí, libanés, afgano y pakistaní, mientras que sus comandantes son oficiales de la Guardia Revolucionaria Islámica (GRI) de Irán.

Siria ha estado sumergida en una guerra civil despiadada desde principios de 2011, cuando el régimen de Bashar al Assad tomó fuertes medidas represivas contra las protestas en favor de la democracia con una ferocidad inesperada. Desde entonces, cientos de miles de personas han sido asesinadas y más de 10 millones se han desplazado, según información de la ONU.

Idlib está dentro de una zona de desescalamiento establecida bajo un acuerdo entre Turquía y Rusia. El área ha sido objeto de múltiples acuerdos de alto al fuego, que con frecuencia han sido violados por el régimen de Al Assad y sus aliados.

Actualmente alberga a cuatro millones de civiles, incluidos cientos de miles desplazados por las fuerzas del régimen en todo el país.

*Traducido por Daniel Gallego.