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Crímenes de guerra de soldados australianos en Afganistán ponen en tela de juicio las operaciones de la OTAN

En declaraciones a la Agencia Anadolu, varios afganos expresaron su aversión contra extranjeros 'invasores', sin distinguir entre las fuerzas australianas y el resto de los 20 países de la OTAN, desplegados desde la caída del régimen talibán.

Shadi Khan Saif  | 25.11.2020 - Actualızacıón : 25.11.2020
Crímenes de guerra de soldados australianos en Afganistán ponen en tela de juicio las operaciones de la OTAN Oficiales afganos inspeccionan el sitio luego de un ataque suicida con bomba en el área Shash Darak de Kabul, cerca de las oficinas de la OTAN y de la Embajada de EEUU en Kabul, Afganistán. 24 de febrero de 2018. Archivo (Haroon Sabawoon - Agencia Anadolu)

Kabul

Luego de que el Ejército de Australia reconoció que integrantes de las fuerzas especiales de su país asesinaron por "deporte" a unos 39 civiles durante su participación en la guerra de Afganistán, muchos expertos han señalado que este terrible suceso podría sumarse al resentimiento profundamente arraigado hacia todas las tropas extranjeras en el país.

Las revelaciones sobre los asesinatos extrajudiciales se dieron en medio de las complicadas conversaciones de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes en Catar, donde las partes buscan la forma para terminar el conflicto que se ha extendido por casi dos décadas.

El crimen de los australianos afecta a todas las fuerzas de la OTAN

El informe sobre el asesinato de civiles provocó de inmediato una protesta de los grupos de derechos humanos con acceso a información de primera mano en Afganistán. Pero aún no se han escuchado las voces de las familias afectadas que habitan en las complejas provincias del sur, debido a la falta de acceso a los medios de comunicación en partes remotas del país montañoso, así como a las limitaciones impuestas por la creciente violencia y el duro invierno.

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En declaraciones a la Agencia Anadolu, varios afganos expresaron su angustia hacia todos los kharijitas (extranjeros), sin distinguir entre las fuerzas australianas y el resto de los más de 20 países de la OTAN, desplegados en el país desde la caída del régimen talibán en 2001.

“Ellos (las tropas extranjeras) son todos iguales, ¿para qué crees que vinieron aquí (a Afganistán)? ¿Crees que se preocuparon por nosotros?", preguntó Abdul Baqi, un anciano víctima de la explosión de una mina terrestre en el distrito de Garmsir, en la provincia sureña de Helmand, explosiones que en su mayoría han sido atribuidas a los talibanes.

Con una gran barba blanca y brillante, ojos castaños profundos y voz entrecortada, Baqi temblaba en el helado invierno de Kabul mientras suplicaba por ayuda en una acera de la zona del antiguo bazar de Kabul.

El anciano afirmó que una investigación exhaustiva expondría los crímenes de guerra vinculados a misiones extranjeras en el país, donde terminó la misión de combate liderada por la OTAN en 2014. Desde entonces, la mayoría de las fuerzas, excepto las de EEUU, se han limitado a 'misiones de asesoramiento'.

La Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán (AIHRC) también ha exigido que todas las misiones extranjeras, en particular la de Reino Unido, abran una investigación pública independiente sobre los presuntos homicidios ilegítimos cometidos por las fuerzas especiales.

El organismo afirmó, en un comunicado, que sus informes documentados han sugerido que otras misiones militares extranjeras también han cometido violaciones al derecho internacional y el derecho internacional humanitario.

“La AIHRC pide a EEUU, Reino Unido y otros países con presencia armada en Afganistán que respondan a estos informes de los medios e investiguen la participación y el liderazgo de sus fuerzas en los actos de violencia contra los no combatientes afganos, incluidos los detenidos y civiles”, manifestó el organismo.

Ningún lugar es seguro

Al huir de las constantes guerras territoriales entre las fuerzas de seguridad afganas y los talibanes en la provincia norteña de Kunduz, Shah Wali y su primo Aadil Shah decidieron llevar a sus familias a Kabul para buscar la paz que tanto habían anhelado.

Sin embargo, los dos hombres le señalaron a la Agencia Anadolu que, debido a las constantes explosiones, los ataques con cohetes y los asesinatos se han sentido muy inseguros en la capital afgana.

“Era mejor allí (en Kunduz). Al menos sabíamos dónde atacaban los talibanes y dónde continuaban los combates”, declaró Wali, que recordó que en la región de Kunduz se han registrado múltiples ataques aéreos por parte de las fuerzas estadounidenses y afganas que han dejado un gran número de civiles muertos.

Ver también: Grupo de derechos humanos le pide al Reino Unido indagar sobre sus presuntos asesinatos en Afganistán

Según el testigo, uno de esos ataques fue el infame bombardeo aéreo por parte de Estados Unidos, ordenado por un comandante alemán local, a una localidad en el distrito de Bala Bulok, que se encontraba bajo el poder de los talibanes. El ataque dejó un saldo de unos 100 civiles muertos en 2009.

"Por un lado, los talibanes nos están matando y, por el otro, los extranjeros", dijo Shah, al comentar sobre el asesinato a manos de las fuerzas australianas.

Investigar crímenes de guerra

Para muchos en Afganistán, el indulto del presidente estadounidense Donald Trump a dos oficiales del Ejército acusados de crímenes de guerra en Afganistán fue un revés para la búsqueda de la paz.

En opinión del activista de derechos civiles, Mohammad Ibrahim, los presuntos crímenes de guerra cometidos por los australianos y el bloqueo continuo de la propuesta de la Corte Penal Internacional para realizar una investigación sobre estos crímenes de guerra cometidos en Afganistán no solo han devastado a todos los afganos y avivado la insurgencia, sino también han promovido la cultura de la impunidad, lo que resultó en la matanza continua sin control de civiles.

"Si se examinan todos los casos de víctimas civiles en todos los rincones del país (Afganistán), no se procesa a nadie de las fuerzas extranjeras, los talibanes o las fuerzas afganas. La dignidad humana simplemente se pierde en esta guerra despiadada, en la que todas las partes tienen la culpa”, le explicó Ibrahim a la Agencia Anadolu.

Las conversaciones de paz entre los talibanes y el Gobierno de Kabul no han logrado frenar los ataques y las muertes de civiles, pues según recientes informes unos 5.939 civiles han muerto o resultado heridos en los primeros nueve meses de 2020. De este total, unos 2.117 civiles murieron y otros 3.822 resultaron heridos entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de este año, según la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.

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