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El ajedrez político del mercado energético en Oriente Medio entre el eje EAU-Saudi y Turquía

La política del eje árabe intenta evitar que Turquía se convierta en una figura central de la dinámica energética mundial.

Ekip  | 01.01.2020 - Actualızacıón : 02.01.2020
El ajedrez político del mercado energético en Oriente Medio entre el eje EAU-Saudi y Turquía El proyecto TurkStream consta de dos líneas, la primera de las cuales proveerá de gas a Turquía, con una capacidad de 15.750 millones de metros cúbicos, mientras que se prevé que la segunda línea servirá a Europa. La terminal receptora del gasoducto fue completada en un 50%. (TurkStream - Agencia Anadolu)

ANKARA

Por: Necmettin Acar

El despliegue de elementos militares de Arabia Saudita en el mayor yacimiento petrolífero de Siria, al-Omar, con la excusa de proteger a los expertos petroleros saudíes y las noticias sobre la expropiación de un barco de tripulación turca en el Mediterráneo por parte de las fuerzas de la guardia costera leales al general Jalifa Haftar en Libia, llamaron la atención porque representa un cambio en la política del Mediterráneo oriental por parte de la alianza Emiratos Arábes Unidos y Arabia Saudita (o eje EAU-Saudí).

Estos dos países han estado tradicionalmente a favor del 'statu quo' en Oriente Medio. Sin embargo, luego de la firma del Acuerdo de Delimitación de la Frontera Marítima entre Turquía y Libia, el eje EAU-Saudí ha cambiado su política en el Mediterráneo oriental. Un cambio que podría interpretarse como un intento de transferir su rivalidad geopolítica con Turquía a esta nueva región.

Muchas son las probabilidades de que la intervención del eje en la región esté relacionada con los recursos de gas natural, luego de que las autoridades turcas e israelíes aseguraron estar "listas para colaborar" en la construcción de un gaseoducto que transportará gas natural desde el Mediterráneo oriental a Europa, con la participación de la empresa estatal de gas natural de Egipto, que exporta 7.000 millones de metros cúbicos de gas natural licuado, con ayuda de BOTAS (la empresa estatal de gaseoductos y comercio de gas natural de Turquía) para el período 2020-2023.

En pocas palabras, el hecho de que Egipto e Israel no tengan otra opción que colaborar con Turquía para poder transportar una cantidad considerable de sus reservas de gas natural a Europa tiene el potencial de debilitar los lazos del eje EAU-Saudí con estos países.

La visión de seguridad energética de Turquía

Europa ha sufrido frecuentes interrupciones del flujo de gas por parte de Rusia, debido en parte a la crisis de gas natural posterior a 2006 entre Europa y Rusia. Por tal enfrentamiento la seguridad energética se convirtió en una cuestión de política exterior de suma importancia para las industrias europeas.

Los países europeos se centraron en la búsqueda de recursos energéticos alternativos y en la diversificación de sus rutas de transporte. Actualmente Rusia proporciona por sí sola un tercio del gas natural consumido en Europa, mientras que esa cifra se eleva a valores superiores al 50% en la mayoría de los países de Europa del Este.

Turquía sigue siendo una alternativa importante para reducir la dependencia de Europa del gas natural ruso y diversificar las rutas de transporte de energía del continente. El país, situado entre los países de Oriente Medio y Asia Central, que suministran la mitad de la energía consumida en el mundo, y los países europeos, que consumen un tercio de ella, desempeña un papel clave en la seguridad económica y energética de los países cuyas finanzas dependen en gran medida de las exportaciones de energía.

La visión de Turquía de "convertirse en una potencia central en energía" ha surgido muchas veces como una cuestión de política exterior en los últimos 20 años. Este objetivo ha traído muchos aciertos, como la construcción del oleoducto Baku-Tbilisi-Ceyhan, que lleva el petróleo azerí a los mercados internacionales, la construcción del gasoducto Trans-Anatoliano (TANAP), que transporta el gas natural de la región del Mar Caspio a Europa, y el oleoducto TurkStream que recién se inauguró y transporta el gas natural de Rusia a Europa.

Además, a través de medios diplomáticos y militares, Turquía ha sido un jugador trascendental en la región al impedir la creación de un corredor aislacionista en el norte de Siria, como evitar que se realicen proyectos regionales y globales que buscan sabotear los derechos de Turquía en el Mediterráneo Oriental en relación con las reservas de gas natural y la creación de un corredor seguro en el norte de Siria.

La firma del acuerdo marítimo entre el Gobierno turco y el Gobierno de Libia - reconocido por la ONU- a finales de noviembre fue un éxito diplomático crucial que responde a los esfuerzos del Foro del Gas del Mediterráneo Oriental (EMGF) para sacar a Turquía de la ecuación en la región. Este grupo fue creado por Israel, Italia, Grecia, Egipto y el sur de Chipre con la esperanza de excluir a Turquía de obtener su parte de los recursos de gas natural.

Con este acuerdo, Turquía aseguró sus derechos sobre las reservas de gas natural actuales y las que están por descubrir en la región, y también consolidó su posición clave en el transporte de los recursos energéticos a Europa. Aunque el trío Grecia-Chipre-Israel del Sur anunció que a principios de enero firmarán un acuerdo para el transporte submarino de gas natural del Mediterráneo a Europa, la reconciliación entre Turquía y Libia hace imposible la construcción de un gasoducto de este tipo, incluso submarino.

Debilitamiento del impacto del eje EAU-Saudí en la política energética internacional

Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que dependen en gran medida de las exportaciones de energía, se enfrentan a graves problemas económicos debido a los recientes acontecimientos en el mercado mundial de la energía. No son simples preocupaciones económicas básicas, sino que constituyen una cuestión de seguridad nacional para ambos países, dada la naturaleza de las rentas de sus economías.

Los precios del petróleo se han negociado a niveles muy bajos durante los últimos 5 años, países como Rusia y los EEUU han aumentado sus niveles de producción para convertirse en los actores más importantes en el mercado energético mundial y estos cambios en las tendencias energéticas debilitaron el eje EAU-Arabia Saudita.

El presupuesto saudí para 2020, según lo que el gobierno anunció en diciembre, será de 1 billón y 20 mil millones de riyals saudíes (USD 272 mil millones). Esta cifra es inferior al presupuesto del año pasado de 1 billón y 48.000 millones de riyals (USD 279.500 millones).

Además, los ingresos previstos para 2020 suman 833.000 millones de riyals (USD 222.100 millones), mientras que esta cifra fue mucho más alta en 2018: 917.000 millones de riyals (USD 244.500 millones). Los déficits anuales proyectados del gobierno aumentaron casi un 50% desde 2018, de 35.000 millones de dólares a USD 50.000 millones, lo cual es uno de los mayores déficits de la historia de Arabia Saudita. Estos enormes déficits presupuestarios, que coinciden con la guerra de Yemen, siguen siendo fuentes de dificultades para la monarquía árabe.

El Mediterráneo oriental tiene una ubicación estratégica, con sus reservas energéticas actuales y por descubrir, y su posición que transporta otras reservas energéticas de Oriente Medio a los centros de consumo.

La intervención de Yemen está estrechamente relacionada con la política del Mediterráneo Oriental del eje EAU-Saudí. Por ello, la creación de un corredor al norte de Siria, para aislar a Turquía del mundo árabe/musulmán y el proyecto de transporte que prevé la transferencia de recursos de Oriente Medio a Europa a través de una ruta que excluye a Turquía, obtuvo un gran apoyo de los ambos países.

La política siria del eje EAU-Saudí se desarrolló en torno al distanciamiento de Siria de sus rivales como Turquía e Irán, y si eso no es posible, manteniendo a estos países alejados de las zonas de influencia saudí, incluyendo el Mar Rojo y el Golfo.

Iniciativas recientes como el acuerdo sobre la zona de desmilitarización de Idlib, las operaciones Rama de Olivo, Escudo del Éufrates y Fuente de Paz han hecho que la crisis de Siria sea más manejable para Turquía. Esto dio a la política exterior turca más espacio de maniobra después de años de intensa atención a la crisis siria; el acuerdo con Libia es una de las consecuencias más significativas de ello.

De hecho, el eje EAU-Saudí ha expresado frecuentemente su intención de desplegar unidades militares en Siria desde 2015. El último intento de los saudíes tras el establecimiento de la zona de seguridad por parte de Turquía, a través de iniciativas militares y diplomáticas, es particularmente notable en el tiempo y refleja los esfuerzos de los saudíes por agravar los problemas de la crisis siria e impedir cualquier iniciativa turca.

El uso generalizado de vehículos eléctricos ha puesto fin a una era en la que el petróleo era la principal fuente de energía para el transporte y ha revolucionado el mercado mundial de la energía, aportando fuentes alternativas de energía como el gas natural.

Esta tendencia global ha debilitado a Arabia Saudita, el segundo país más importante después de Venezuela en el mercado del petróleo con 266.000 millones de barriles de reservas de crudo, y ha llamado la atención sobre sus rivales regionales como Catar e Irán que tienen considerables cantidades de reservas de gas.

Teniendo en cuenta estos cambios en el mercado energético mundial, las estrechas relaciones de Turquía con Catar e Irán, su inigualable potencial geopolítico y los papeles críticos que puede desempeñar en el transporte de las reservas energéticas en Oriente Medio y el Mediterráneo Oriental, podrían acabar marginando a los saudíes del mercado energético mundial.

Turquía es necesario para el transporte de gas natural

El hecho de que Turquía sea la ruta más apropiada y segura para el transporte de gas natural a Europa requiere que países como Egipto e Israel (que tienen considerables cantidades de reservas de gas natural) colaboren con el país euroasiático.

Esto tiene el potencial de debilitar los lazos entre el eje EAU-Saudí y estos dos importantes aliados, porque la firma de acuerdos de gasoductos puede crear períodos duraderos de colaboración y (co)dependencia para los países firmantes.

El eje EAU-Saudí, que ha desplegado unidades militares en el norte de Siria y apoya los esfuerzos del general rebelde Haftar para derribar el gobierno reconocido por la ONU en Libia, pueden interpretarse como una respuesta al acuerdo entre Turquía y Libia y la Operación Fuente de la Paz. También las nuevas decisiones políticas del eje son un intento de obligar a Turquía a dirigir toda su atención a la seguridad de sus fronteras meridionales, haciendo que la crisis sirva para limitar la política exterior turca.

*El escritor es académico y presidente del departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Mardin Artuklu de Turquía.

* Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.

*Traducido por José Ricardo Báez G.

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