Política, Análisis

Académicos recuerdan la complicidad de Francia con partícipes del genocidio en Ruanda

Cuando se habla de los procesos por la masacre en el país africano de miles de personas en abril de 1994, "los procesos judiciales en Francia se ralentizan”, lamenta el abogado y escritor francés Laurence Davidovich.

Yusuf Özcan  | 24.05.2020 - Actualızacıón : 25.05.2020
Académicos recuerdan la complicidad de Francia con partícipes del genocidio en Ruanda El presidente de Ruanda, Paul Kagame (centro), respaldado por su esposa, Jeanette Kagame (derecha), enciende una antorcha como parte de la ceremonia de conmemoración de los 24 años del genocidio de Ruanda de 1994 en el Gisozi Genocide Memorial Centre en Kigali, Ruanda, el 7 de abril de 2018. (Archivo STR - Agencia Anadolu)

Francia

Expertos franceses opinan que Francia apoya a quienes cometieron el genocidio de Ruanda y acusan la falta de una voluntad política que luche contra estos individuos.

Conocido como el financista del genocidio de Ruanda, el fugitivo Félicien Kabuga fue arrestado el pasado sábado por la mañana en un suburbio de París. Kabuga, de 84 años de edad, era buscado por el Mecanismo Internacional, la estructura encargada de completar la labor del Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR), con una recompensa de USD 5 millones.

Duró 26 años huyendo de las autoridades. Kabuga vivía en Asnieres-sur-Seine, en el departamento de Hautes-de-Seine, con una identidad falsa. Fue el creador de las milicias hutus, los grupos principales responsables del mayor genocidio del siglo XX.

Francois Graner, coescritor del libro El Estado francés y el genocidio de los tutsi en Ruanda, dice que “la iglesia católica jugó un papel muy importante en Francia y otros países durante y después del genocidio de Ruanda”.

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“No lo sé, pero me pregunto si la iglesia ha tenido algo que ver con la imposibilidad de haber capturado a Kabuga hasta el momento”, agrega Graner.

El escritor francés insiste que Kabuga fue capturado gracias a los esfuerzos internacionales más que la pericia de la Policía francesa. “Al contrario que otros individuos (involucrados en el genocidio) esta vez no han dejado que Kabuga escapase”, dice el escritor.

Graner cuenta que “en el país hay quienes quieren ocultar el papel de Francia en el genocidio de Ruanda... Tienen mucho poder”, añade Graner.

El escritor recuerda que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, creó una comisión encargada de investigar el genocidio de Ruanda. Sin embargo, la comisión presentó un informe a Macron en abril de 2019 en el que se absolvía al país galo de haber cometido crimen alguno, hecho que le preocupa a Graner.

Para Graner el solo hecho de que miembros del gabinete del entonces presidente francés Francois Mitterrand fuesen parte de la comisión es motivo parcialidad.

“Francia apoyó hasta el final un régimen que estaba cometiendo un genocidio sin preocuparse por las consecuencias, les dio apoyo militar y político. Este apoyo se realizó mediante la diplomacia, los medios de comunicación y enviando mercenarios y armas”, explica Graner.

“Queremos que la justicia haga su trabajo. La justicia determinará quién es culpable. Nosotros hemos revelado muchos crímenes. Si la justicia hubiese hecho su trabajo los culpables ya habrían sido castigados”, añade Graner.

Laurence Davidovich, abogado y el otro escritor de El Estado francés y el genocidio de los tutsi en Ruanda, indica que Kabuga era el “brazo armado” del genocidio. “Francia acogió generosamente a los autores ruandeses del genocidio. A algunos hasta les dio la nacionalidad. Francia es cómplice en el genocidio”, cuenta Davidovich.

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El abogado subraya el problema de la existencia en Francia de quienes defienden las opiniones de los que cometieron el genocidio. “Cuando se trata del genocidio de Ruanda, los procesos judiciales en Francia se ralentizan”, lamenta Davidovich.

El Genocidio de Ruanda fue una masacre masiva de fuerzas rebeldes tutsis y hutus por parte del gobierno ruandés durante la Guerra Civil de Ruanda en la primavera y el verano de 1994. Se estima que entre medio millón y poco más de un millón de personas fueron asesinadas.

Kabuga también fue parte del círculo íntimo del expresidente Juvenal Habyarimana, cuyo asesinato inició el conflicto. También fundó una emisora de radio RTLM que lanzaba discursos de odio y usó su corporación para importar grandes cantidades de machetes, según un informe.

Kabuga se refugió primero en Suiza, pero fue expulsado. Escapó a dos detenciones, una en julio de 1997 en Kenya y otra más tarde en 2003, según la ONG especializada TRIAL International.

El Fiscal Jefe del TPIR, Serge Brammertz, dijo que Kabuga "fue acusado por el Tribunal Penal Internacional de las Naciones Unidas para Ruanda en 1997 de siete cargos de genocidio" junto con otros múltiples cargos, y "persecución y exterminio, todos ellos en relación con los crímenes cometidos durante el genocidio de 1994 contra los tutsis en Ruanda".

Según las autoridades francesas, Kabuga era uno de los "fugitivos más buscados del mundo". También se enfrenta a la extradición desde Francia.


*Daniel Gallego contribuyó con la redacción de esta nota.

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