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¿Por qué los musulmanes se oponen a la nueva ley de ciudadanía en India?

La lógica del registro de ciudadanos no es clara, pero su maldad es evidente para la mayoría de los indios y extranjeros que conocen el país.

Mohammad Pervez Bilgrami  | 28.12.2019 - Actualızacıón : 30.12.2019
¿Por qué los musulmanes se oponen a la nueva ley de ciudadanía en India? GUWAHATI, INDIA - DICIEMBRE 28: Manifestación organizada por Rahul Gandhi en de protesta contra la Enmienda de la Ley de Ciudadanía en el campo Veterinario de Khanapara, en Guwahati, Assam, India, 28 de diciembre de 2019. (Hafiz Ahmed - Agencia Anadolu).

ANKARA

Por: Mohammad Pervez Bilgrami

El gobierno nacionalista hindú de la India aprobó recientemente la Ley de Enmienda de la Ciudadanía (CAA) para enmendar la ley existente de 1955. De esta manera prepara el camino para otorgar la ciudadanía india a las minorías religiosas de Pakistán, Afganistán y Bangladés.

Lo llamativo es que los únicos que pueden ser elegibles para convertirse en ciudadanos indios bajo esta nueva ley son personas hindúes, sijs, jainistas, parsis y cristianos. Se ha excluido deliberadamente a los musulmanes, una medida que se considera parte del programa de supremacía hindú del gobierno indio, en el que se fragua un programa de ingeniería étnica y comunitaria fundamental.

Quienes se oponen a la nueva ley no tienen ninguna objeción en que se les conceda la ciudadanía india a los solicitantes de asilo de los tres países vecinos. Además, los tres países mencionados en la legislación india pueden tener sus propias opiniones sobre cómo India trata a sus propias minorías religiosas. Sin embargo, hay una fuerte oposición a la ley en la India —particularmente de la comunidad musulmana— por la exclusión discriminatoria hacia este grupo y crea sospechas sobre el verdadero motivo detrás de la ley enmendada.

Tanto el Primer Ministro Narendra Modi como su Ministro del Interior, Amit Shah, han hecho declaraciones que se consideran provocadoras y en contra de la comunidad musulmana. Aunque el gobierno del Partido Popular Indio (Bhartiya Janata o BJP) a través del Ministerio del Interior, luchó contra una "campaña de desinformación" y dijo que la Ley de Enmienda de la Ciudadanía no afecta a ningún ciudadano indio, incluidos los musulmanes que gozan de todos los derechos fundamentales que les otorga la Constitución, sus oponentes han exigido que se retire la ley.

Asociado a ella hay un extraño examen de ciudadanía para los más de 1.300 millones de personas de la India llamado el Registro Nacional de Ciudadanos (NRC). El procedimiento llena de horror a la gente, ya que se les pedirá que demuestren su ciudadanía india.

En cualquier país, el gobierno sabe quién es ciudadano y quién no, y cuando tiene dudas, realiza las comprobaciones necesarias de manera individual. En la India, en cambio, la comprobación de la ciudadanía de una persona involucra a todo el país. Esta forma de ingeniería de la ciudadanía india es inaudita en la historia de la humanidad.

Para complicar aún más las cosas, los líderes del BJP han hecho declaraciones agresivas contra los musulmanes, que temen que el hecho de no probar la ciudadanía conduzca a la eliminación de las listas de ciudadanía.

La India ya está construyendo centros de detención en el estado nororiental de Assam, donde se implementó el NRC entre 2013 y 2014 y produjo resultados terribles. Tanto hindúes como musulmanes, que suman 1,9 millones, han quedado fuera del NRC en Assam, un volátil estado fronterizo de varias etnias, grupos lingüísticos y religiones.

Proceso arbitrario

La India otorga la ciudadanía a cualquier persona que haya emigrado antes del 19 de julio de 1948, excepto en Assam, un estado indio que limita con el Reino de Bután y con Bangladés, donde la fecha límite es considerada el 25 de marzo de 1971.

El NRC de Assam tenía como objetivo identificar a los inmigrantes ilegales de la vecina Bangladés. Sin embargo, el proceso estaba lleno de irregularidades y ha sido criticado por su arbitrariedad y la incompetencia de los responsables de llevarlo a cabo.

La Caja de Pandora se abrió después de que se declararan los resultados del NRC y se supiera que muchos hindúes también fueron excluidos de la lista final del NRC. Con la ayuda de la nueva Ley de Ciudadanía, los hindúes de Assam obtendrán automáticamente la nacionalidad, mientras que los musulmanes seguirán siendo apátridas y serán puestos en campos de detención en condiciones infrahumanas. La nueva ley de ciudadanía ha sido comparada con las leyes racistas de la Alemania nazi contra los judíos.

El partido gobernante, el BJP, dice que pondrá en marcha el NRC en todo el país. La escala de la ambición del NRC es asombrosa, considerando que la India es un país pobre donde cientos de millones de personas carecen de acceso adecuado a la educación, la atención médica, una vivienda adecuada y alimentos.

No solo eso, la mayoría de la gente carece de documentos personales adecuados, y en las zonas rurales los nacimientos y las muertes apenas se registran oficialmente. Y debido a los múltiples idiomas que se hablan en el país, la ortografía de los nombres cambia cuando se escriben en inglés, los oficinistas y funcionarios carecen de formación, y la mayoría de ellos pronuncian mal las palabras incluso en su lengua materna.

Algunos incluso sugieren que la mayoría de los legisladores indios no serían capaces de proporcionar documentos adecuados sobre sus familias, educación y propiedad de bienes. Sin embargo, la India, bajo el control nacionalista hindú, quiere emprender una prueba de ciudadanía nacional que podría generar una segregación nunca antes vista.

Quienes se oponen a la CAA y al NRC nacional creen que la mayoría de los indios no podrían presentar los documentos requeridos para probar su nacionalidad. Además, nunca se sabe cuándo el gobierno indio introducirá nuevas reglas y cambiará las normas de buenas a primeras.

Una cosa parece clara, el gobierno encontrará varias maneras de dar la ciudadanía a los hindúes y adoptará un enfoque discriminatorio en la selección de documentos hacia los musulmanes. Es natural que los musulmanes teman a la NRC y la consideren una herramienta del BJP para acosar a su comunidad y negarles incluso sus derechos básicos en virtud de la Constitución.

Las imágenes de brutalidad policial contra los manifestantes en todo el país, especialmente en los estados gobernados por el BJP donde, según se ha informado, decenas de manifestantes fueron asesinados por disparos de la policía, revelan que India no es una democracia pluralista.

Naturalmente, la imagen y la reputación internacional de la India han sido golpeadas de forma irreparable. Prácticamente todas las publicaciones de medios extranjeros han informado del horror que se vive en India.

Las declaraciones de la ONU, Estados Unidos y la Organización de Cooperación Islámica (OCI) son un claro indicio de que la gente de fuera no ha comprado la narrativa del gobierno indio. Las herramientas de poder blando de India no pueden apagar las llamas del odio, y el gobierno no puede proyectar la imagen de que India es un centro de inversiones cuando los indicadores sociales y económicos apuntan en la dirección equivocada.

Es preciso mencionar los comentarios del Primer Ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, quien le señaló a la India cómo su país logró la prosperidad y la estabilidad aceptando a las minorías religiosas indias y chinas como ciudadanos iguales en lugar de crear el caos buscando el conflicto.

Enfoque dudoso

En respuesta a lo ocurrido en Assam, el gobierno de Bangladés ha anunciado que acogerá a ciudadanos genuinamente bangladesíes, pero ha exigido que el gobierno indio demuestre que aquellos a los que califica de extranjeros no son ciudadanos del estado indio de Bengala Occidental, donde también se habla bengalí, pues hay mucha migración dentro de la India, y los bengalíes han emigrado a diferentes lugares en las regiones del este y noreste.

El enfoque del gobierno indio sobre el tema es dudoso, ya que dice una cosa oficialmente al gobierno de Bangladés y tiene otro mensaje para la audiencia local. Será una tarea casi imposible para el gobierno del BJP demostrar que los musulmanes de habla bengalí son realmente bangladesíes. Hay una fuerte posibilidad de que estos supuestos extranjeros terminen finalmente siendo apátridas y condenados a permanecer en centros de detención.

El próximo censo nacional está programado para 2021, y el gobierno asignó el martes unos USD 5,5 mil millones para un Registro Nacional de Población (NPR) con el telón de fondo de las protestas nacionales sobre el CAA y el NCR.

Muchos activistas se oponen a la recopilación de datos demográficos y biométricos para actualizar el NPR como primer paso para llevar a cabo el NCR. El gobierno ha incluido el NPR como un simple ejercicio de censo. Sin embargo, por diversas razones, millones de indios pertenecientes a grupos religiosos no presentarán los documentos necesarios para demostrar su ciudadanía india.

Debido a la CAA, los no musulmanes ya tienen derecho a obtener la ciudadanía india, pero millones de musulmanes pueden acabar siendo apátridas, privados de todos sus derechos fundamentales.

Es posible probar que los musulmanes de habla bengalí han venido de Bangladés, pero ¿qué sucederá después de que se implemente el NRC a nivel nacional y algunos musulmanes de habla urdu o punjabí no presenten documentos para probar su ciudadanía? A lo mejor serán condenados por haber venido de Pakistán, y esto sembrará nuevas tensiones con Pakistán.

India tiene una población de 200 millones de personas y hay musulmanes en todas partes del país. Hablan todo tipo de idiomas y pertenecen a varios grupos étnicos, como los hindúes. La mayoría de estos idiomas ni siquiera existen en Pakistán o Afganistán. Entonces, ¿cómo tratará el gobierno nacionalista hindú a estos musulmanes?

En pocas palabras, la lógica del NRC no es nada clara, pero su perversidad es evidente para la mayoría de los indios y extranjeros que conocen India.

*El autor es un analista de asuntos internacionales que ha escrito para el Asia Times, Daily Sabah y Hurriyet Daily News y los think tanks ORSAM, IRAM y GASAM.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.

*Traducido por José Ricardo Báez G.


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